EL CASO DE LEANDRA 2 (FINAL)
Por franciscomiralles
Enviado el 20/04/2025, clasificado en Cuentos
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- Oh que bonito. Gracias por el poema. Ya veo que eres un hombre muy sensible - le agradeció Leandra halagada a su interlocutor-. ¿Y en qué consiste tu trabajo si se puede saber? - se interesó ella que era una mujer muy práctica.
- Para que te enteres, en mi trabajo se tiene que tener un don de gentes, chica. Mira. el cliente se pone en contacto con mi empresa; ésta me manda a mi, hablo con el cliente, redondeamos el presopuesto, y luego va el técnico a hacer el trabajo de obra. Pero yo puedo orientar al técnico por puro sentido común, puesto que capto enseguida la psicología del cliente. Pues los técnicos tienen muchos estudios, mucha teoría pero nula mundología, o picardia para saber sacar más dinero al personal en beneficio de la empresa que repercute claro está en las comisiones que yo pueda ganar.¿Me entiendes?- respondió Vicente echándose hacia atrás en la silla con prepotencia.
- Pues claro que te entiendo. Y éso está muy bien.
- Si no fuera por mis consejos al cliente,la empresa no ganaría ni la mitad de lo que gana. Ya lo dice el refrán. "Con arte y engaño se vive medio año; con engaño y arte la otra mitad".
- Vaya. Además de gustarte la poesía, eres un espabilado. Eso me gusta- juzgó Leandra con cierta admiración.
- Ya ves. La dura vida me ha hecho así.
- ¿Te ha vapuleado mucho la vida? - preguntó Leandra con un énfasis maternal.
- Un poco. Sí. Pero hay que saberlo superar.
- Muy bien dicho.Sí señor. Así es..
Leandra se sintió tan fascinada por el carisma aventurero de Vicente Peña que intimó con él hasta el punto de que quedaron para reanudar la amistad tan pronto como regresaran a Barcelona. Pero ella ya lo había elegido como pareja., En efecto ya en su ciudad natal Leandra estuvo saliendo unas semanas con VIcente viviendo una apasionada historia amorosa.
Lo malo era que a pesar de que Leandra se consideraba una feminista que defendía una igualdad entre los dos sexos, emocionalmente estaba subyugada por la figura del "héroe" como muchas mujeres de todas las épocas, según el contexto histórico que les había tocado vivir. Pues el irresistible "caballero andante"más o menos evolucionado puede ocultar detrás de su reluciente armadura, es decir, de su brillante apariencia sea la de un fanfarrón torero, la de un altivo artista del espectáculo, o la de un ejecutivo de una multinacional, una manera de ser egoísta, mezquina y carente de empatía; un tipejo tóxico que haga la vida imposible a quien tiene al lado. Muchos de estos encantadores de serpientes son en realidad sujetos sin ningún fundamento y muy inseguros de sí mismos, pues suelen tener una mentalidad bastante infantil, quienes esconden su fragilidad anímica bajo el barniz de un "perdonavidas", pero que sin embargo conocen muy bien la psicología femenina y son hábiles en ganarse la confianza de una mayoría de mujeres. Y es sorprendente que dado que las féminas se consideran unas sabias intuitivas capaces de conocer el fondo de cualquier situación que no se percaten de la naturaleza de estos indivíduos.
Esto fue precisamente lo que le sucedió a la Leandra actual. Cuando ella decidió hacer una vida en común con aquel Relaciones Públcas se encontró ante un hombre triste y sórdido, puesto que debido a la mal comprendida confianza aquella alegría, aquel encanto inicial que Vicente había exhibido en el restaurante de Italia se había esfumado como el humo de un sigarrillo. En otro orden en el trabajo era un empleado conflictivo, razón por la cual a la hora de renovarle el contrato lo sustituyeron por otro que fuese más ductil y efectivo en su quehacer laboral.
Vicente que no había dejado de creerse que era un tipo muy listo, una vez más apelando a la confianza que se suponía que Leandra le tenía, la instó a que pusiera su libreta de Ahorros a nombre de los dos. Ella al principio puso reparos, mas luego accedió y resultó que un buen día Vicente no regresó al lado de Leandra. Poco después la maestra nacional recibió la noticia del Banco en el que hacía sus gestiones, que aquel tipo había desembolsado la mayor parte de su capital y había desaparecido del mapa.
Hay un libro didáctico cuya autora es una psicóloga mexicana que dicen que es como una "Biblia" en los centros feministas, según el cual el lobo feroz fascina a la Caperucita Roja, simbolizada en muchas mujeres. Y como parece ser que esto es un fenómeno biológico sucede que el sexo femenino se halla en un callejón sin salida, es víctima de su propia manera de ser. Sin duda esto fue lo que le sucedió a la buena de Leandra, que a causa de su mala experiencia se dedicó a despotricar contra los hombres.
FRANCISCO MIRALLES PÉREZ.
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