Pies descalzos. Soledad versus...
Por Elzorro10
Enviado el 27/04/2025, clasificado en Reflexiones
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Sara se dirigía caminando hacia la máquina de café. Los azulejos del suelo de la cocina se notaban fríos al tacto en la planta de sus pies descalzos.
Un poco de agua, granos negros con un fuerte aroma y el sonido del motor.
No esperó a que las últimas gotas de líquido negro cayesen en la taza antes de retirarla con un movimiento brusco.
La nariz captando el olor, las papilas gustativas transmitiendo esa mezcla de calor y amargor que le ayudaba a sobrevivir.
Los azulejos del suelo de la cocina se notaban fríos al tacto.
Fuera, todavía faltaban muchos minutos para que las primeras luces hicieran desaparecer la magia de la noche. Una noche de primavera, de esas que sin ser frías todavía guardan la brisa fresca capaz de meterse bajo la ropa interior.
Sara llevaba viviendo sola una semana. Al principio, aquello había sonado a libertad e independencia. Toda la cama para ella, la ducha, el tiempo. La intimidad.
Sin embargo, aquel momento que todavía no era mañana, le trajo recuerdos. Echaba de menos el tintineo de la hebilla de un cinturón, añoraba el olor a colonia de su hombre.
Durante un instante imagino que alguién se acercaba y la tomaba en sus brazos. Anticipó un beso ficticio humedeciendo con su propia lengua la punta de sus labios. Notó el cosquilleo que anticipaba el momento.
Alargó la esperanza durante demasiado tiempo.
Y la angustia la golpeó sin piedad.
Allí no había nadie más.
La soledad envolvió su alma y abrazó su corazón. Noto el temblor en sus piernas, el vacío en su estómago y el dolor.
Dolor, memoria de reproches y arrepentimiento.
Aquellas malditas palabras que ojalá nunca hubiesen escapado de su mente, aquellas palabras que hablaban de ruptura y que transmitían la retirada del acuerdo y del amor.
Maldito capricho, maldito momento en el que por buscar la utopía renunció a todo aquello que la había hecho feliz.
P.D.: Se llama Sara, pero también podría llamarse Juan. Hay quién dice que la soledad es una buena opción, que la soledad es sinónimo de libertad, que la soledad es la manera de alcanzar todo el potencial. Se hacen decenas de chanzas sobre la vida en pareja, se pone en un pedestal al soltero. Pero nada de eso es cierto. En mi opinión, no, no es una opinión, más bien una experiencia vital... Desde la experiencia, desde la naturaleza misma, busca, encuentra y valora la compañía.
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