es hora de morir

No busque un abogado que me defienda o un juez que me juzgue, solo lo que necesitaba era que alguien tuviera la bondad de abrazarme y decirme que todo, aunque parezca imposible iba encontrar un curso correcto pero que tampoco pedía que me vendan un cuento de hadas porque soy consciente que no existen. No paso y aun peor fueron ciegos a mis falsas palabras vieron mi sonrisa, y como un mundo capitalista la compro sin suponer lo que había detrás. Mis palabras fueron necias tal como mi vida.

Hoy nadie es consciente que todavía respiro, miran de lejos sin entender que hay algo más profundo, Detrás de la acción que estoy dispuesto a tomar. Soy un mendigo que pedía limosnas de cariño, perdí mi dignidad y al poco tiempo se fue también mi orgullo. Pero como buen hipócrita sostuve una sonrisa intacta al pasar los años, la sostuve todo el tiempo hasta hoy ¿Por qué hoy? Porque no se simplemente no sé. No sé cuando empecé a darme cuenta que estaba perdido pero seguí caminando, no se cuando la vida me dio un golpe duro en el corazón ese momento donde mi sonrisa quedo anestesiada a mi cara y hasta el día de hoy no la podía sacar.

Muchos me recordaran como el viejo que sonreía todo el tiempo, que no hablaba con nadie pero tampoco nadie se acerco a hablar con él. No se confundan, este relato no es un victimismo solo es mi punto de vista de la vida que me rodea o rodeaba. Solo quiero cerrar los ojos, ver mi historia pasar por mi cabeza como se dice que sucede cuando uno muere. Y en esos segundos mientras recuerde a las personas que murieron en mis manos pido aunque no tengo derecho alguno, que también por piedad de Dios aparezcan las pequeñas personas que me amaron. En realidad no son muchas y no me acuerdo de ellas. Di tanto amor a tantas personas que ninguna disfruto lo que tenia porque ya estaba usado y dañado. Quizás la razón de esto es para recordar lo que mi mente dejo olvidado en algún rincón.

Pero ya no importa. Como dice una película que tanto disfrute al ver.  Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lagrimas en la lluvia. Es hora de morir.