Sin tiempo... (Cuarta Parte. Fin)

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 Eran casi las 22:00... pude leer algunos artículos de opinión, y hacer los ejercicios que Ce... la profesora Moyes había señalado para el miércoles ( Sentí cierto nerviosismo cuando sus dedos se cruzaron con los míos cuando me pidió el bolígrafo para corregir unas redacciones de su clase de cuarto de secundaria)... Aún así, su elocuencia y su madurez me impidieron ir a buscar más lecturas.

 Aunque quería leer, y comprender sus palabras...

(Ya en las afueras del instituto)

-¿Dónde vives?

-A tres calles de aquí, junto a la estación de radio...

-Sube, que te llevo.

-¿Está segura? Puedo ir caminando...

(Cecilia suspira... "Quieres que envejezca", ¿Verdad? Luego sonríe)

-!Claro...¡ Venga, sube...

(Leandro se sentó en asiento del copiloto, callado todo el trayecto hasta el apartamento.

 Una vez llegaron, sin saberlo, el jóven se despidió de la profesora y entró con rapidez, pues la noche era más que gélida).

 -¡Espera... Un momento! (Los exámenes se caerían de un momento a otro... La prisa tuvo la culpa.)

 (Se dio cuenta al instante, así que no preguntó. Ella vivía en el mismo bloque)

-Perdona...

(Los papeles ceden... una avalancha inunda la entrada del piso. Cecilia se avergüenza... y los recoge con rapidez. Leandro sin pensarlo ordena los aprobados, los suspensos, y los indefinidos.  

 Hasta que, en un momento, sus manos se vuelven a cruzar... 

 Cecilia no podía contenerse... ("A su lado... me siento...") Besa al jóven con fuerza, con pasión...

 Los labios del jóven escaparon del desconcierto... escaparon de la realidad, de su realidad...  ("A su lado... me siento...")

 A partir de ese momento, a pesar de los problemas que suponía una relación como la suya... Ambos sabían (Leandro ya era consciente de lo que le esperaba, ahora que estaba sólo frente a la vida), que la verdad puede ser una ilusión.

 Y estaban seguros... de que su amor... no lo era.

 

PD: Para quienes no se percataron, creo que era mejor (más acorde con la situación) un una noche gélida de Viernes que una tarde en la biblioteca, por la carga "romántica" que puede conllevar la primera circunstancia. Disculpen por el repentino cambio.


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