Todo lo que hizo fue esperar. Siempre esperando que llegara ese momento que tanto deseaba, esa persona, ese objeto, ese viaje, pero cuando éste llegaba simplemente pasaba, se iba y ya raras veces solía volver. Desde que le alcanza la memoria todo lo que quería era crecer para así poder disfrutar de la vida. A los cinco años quería tener diez, a los diez doce y a los doce dieciséis. ¿Quien no ha deseado tener dieciséis años? De pequeños todos nos creemos que a los dieciséis te vas a comer el mundo, que vas a hacer todo lo que quieres, que vas a ser feliz, que vas a tener un novio y muchos amigas con los que iras a muchas fiestas. Pero luego llega, tienes dieciséis años ¿y sabes que más? Nada. Eso fue lo que le pasó. Habían llegado esos preciados y miserables dieciséis años y no tenia nada de lo que deseaba. No tenia novio, apenas tenía amigos y mucho menos gozaba de esas fiestas que tanto había soñado. Lo había diseñado todo tan bien en su cabeza ¿y para que? Se pasó todo el tiempo diseñando e imaginando, pensando que un día llegaría, que todo iría solo hacia ella. Pero no lo hizo. Y lo peor fue, que ella tampoco fue a ello. En vez de pensar que esos dieciséis, junto al resto de su juventud, se estaban yendo y que tal vez debiera hacer algo para aferrarse a esos últimos y agridulces momentos de su vida todo lo que hizo fue esperar su madurez, su adulta libertad, su independencia, pensándose que esos serian finalmente sus días de felicidad. Así que pasó el tiempo esperando y organizando un futuro lleno de viajes, amores y amistades. Estudió y trabajó, y lo hizo todo para poder ahorrar y así realizar sus sueños Y sorprendentemente llegó un día, un día en aquellos años que algunos llaman la flor de la vida que lo cambió todo. Había vivido su vida como una película. Una película de la cual ella no era la protagonista, sino una mera espectadora. Pero ese día, ese accidente la hizo entrar de nuevo, o más bien dicho por primera vez, en su cuerpo. Suena típico, lo sé, pero es lo que sucedió, ni más ni menos. En ese momento lo sintió todo, toda su vida pasó por delante otra vez pero en esta ocasión sintió todas esas cosas que antes solo había visto desde fuera. Y fue entonces, aunque fuese ya un poco tarde, cuando entendió que por mucho que pasase su vida planeando el futuro perfecto éste no vendría a ella por si solo.
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