La Ouija Parte 3

Las chicas algo con miedo, quitaron los dedos del vaso y dejaron el vaso encima de la cama, y seguidamente comentaron la experiencia que habían vivido hacia tan solo un momento.  

María le dijo a Nuria que se había pasado que era solo un juego y que no tenía que ponerse así de borde e histérica, Nuria la miro, pero no dijo nada, y Paula y Carmen intentaron quitar hierro al asunto cambiando de tema, pero justamente cuando las chicas comenzaron a hablar de otro tema, el vaso que yacía encima de la cama, se cayó al suelo, rompiéndose en el momento.

- ¡Joder! Que mal esto no me gusta nada.

Dijo María con una voz temblorosa.

Las demás chicas incluyendo a Nuria dijeron que quizás era coincidencia y que el vaso se hubiese deslizado cayendo finalmente al suelo, y trataron de cambiar de tema. Pero de repente se fue la luz, y las 2 velas se apagaron.

- Mierda, Ahora sí que me estoy asustando, esto no es normal.

Dijo María, muy preocupada tratando de buscar la puerta para ir directamente al cuarto de contadores, y ver si era fallo de la luz o si había saltado algún diferencial. Pero justo antes de que la joven abriese la puerta, se escuchó un fuerte golpe que venía de la cocina, las chicas estaban asustadas, Carmen, comenzó a balbucear y a llorar, y Paula estaba histérica, mientras que Nuria y María estaban paralizadas, y es que justo después de ese fuerte golpe, la Ouija comenzó a arder, era un fuego rojo, parecía venir del mismísimo infierno, las llamas parecían devorar cualquier cosa que las enfrentara. Pero las jóvenes estaban inmóviles.

Pasaron, como 5 minutos hasta que al fin la luz vino, ¿pero sabéis que paso? Si, que la Ouija ya no ardía que estaba perfectamente. Las chicas se acercaron al tablero, y no había ninguna quemadura, todo parecía estar en perfecto estado, incluso Paula toco el tablero y estaba a una temperatura normal, las chicas muy asustadas, pensaron que estaban locas o que eso había sido una alucinación colectiva, pero no era así era tan real como ellas, la tabla ardió y el fuego era real, aunque el tablero y el suelo y todo lo demás de la habitación, estuviese en perfecto estado. Pocos minutos después sonó el teléfono y las 4 jóvenes fueron juntas al salón donde se encontraba el teléfono que seguía sonando, María lo cogió. Y poco después se derrumbó, llorando y llorando con las piernas que le fallaban haciéndole caer, y el teléfono también se cayó al suelo perdiendo su comunicación y las amigas de María muy preocupadas le preguntaban.

- María ¿Qué te ocurre? Por favor contestanos, que pasa, porque lloras.

Pero María no contestaba tenía la cara desencajada y su mirada estaba perdida. Pasaron 10 minutos y al fin María volvió en sí, sus amigas le trajeron un vaso de agua la cuidaron, la acomodaron en el sofá y le preguntaron de nuevo.

- ¿Que pasa María? Estamos muy asustadas, ¿porque lloras de esa manera? ¿Qué te han dicho antes por teléfono?

María miro seriamente a sus amigas y con mucha fuerza saco unas palabras, que dejaron heladas a las jóvenes.

- Han llamado del hospital, y me han dicho, que el hotel donde mis padres pasaban la noche, ha sufrido un enorme incendio, y que mis padres no han podido ser rescatados por los bomberos y han perdido la vida.

Desde entonces María se fue a vivir con su abuela cambio mucho su personalidad, se volvió diferente, y dejo de ser aquella niña risueña bromista y desenfadada que era, para volverse seria introvertida y precavida. El tablero de la Ouija lo llevo a una tienda de esoterismo y no pidió nada a cambio, a pesar de que el hombre de la tienda le ofreció dinero por él, pero ella se negó, la casa se vendió y María dejo de hablarse con sus 3 inseparables amigas.

La Ouija no es ningún juego y hay que tener mucho cuidado con ella, si no que se lo digan a María.

Pero tened mucho cuidado, porque quizás alguno de vosotros, en vuestra casa tengáis un tablero de Ouija, con una marca pequeña en el lado derecho y un ALFONSO esperando para ser contactado con vosotros.