Denunciar relato
Tan sencillo pero tan acojedor
El aire raja las ventanas
y el corcho de las paredes
se separa de ella
para poder liberarse.
Quizás no quiera estar ahí.
El ruido del ordenador me acompaña
día a día
como el perro de un vagabundo
sin que se pueda ir,
sin que pueda separarme
de el.
Y aunque esté metido
en un cubículo
de menos de
3 metros cuadrados
me siento mejor
que en mi casa.
Quizás
este sea
mi verdadero hogar.
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