Sin "continuará" que vuelva a unirnos...

Noche de pocas palabras y grandes silencios, de esos que hablan. En cualquier caso, era nuestro aquel momento, y de nadie más.
Me acarició bajo la barbilla y a continuación me sonrió y me dio un fuerte abrazo, como sólo él sabe hacer.
Y nos miramos a los ojos. Puede que expresando ambos el mismo deseo. Él, en cambio, parece más seguro que yo. Es más, no tiene ninguna duda.
Y me mira con intensidad.
Y nos damos la mano y nos perdemos en la mirada del otro durante un rato. Después me dedica una sonrisa preciosa. "Me gustaría volver a verte", me dice, y no tiene que expresarme nada más, ya lo he comprendido todo.
"Si te llevas el mundo contigo, llévame también a mí", pienso, pero siendo incapaz de conseguir que esas palabras salgan de mi boca, en un intento desesperado por no separarme de él.
Me acerco a él, a su mejilla, y le doy un suave beso... Cierro los ojos, apoyandome en su hombro... E inesperadamente me atrae hacia sí. Y me da un beso que me envuelve, que casi me rapta, me aspira, me succiona... se apodera de mí y me deja sin aliento, sin fuerzas y sin pensamientos...
Y me pierdo en ese beso... en ese último beso...