Tan fuerte es el deseo de cambio, que vivimos entre dos mundos, el real y el que deseamos.
Hoy me levante con el pie izquierdo. A los trece años, un amigo, me advirtió que si te levantabas con el pie izquierdo el día seria nefasto. El usó la expresión negativo. Siempre he creído en esa maldición y nunca, nunca, me he atrevido a desafiarla.
Esta mañana, cuando me desperté, olvidé el juramento yapoyé el pie izquierdo primero. Ya no podía dar marcha atrás. Todo había cambiado, todo era diferente. La radio no funcionaba y no pude escuchar las malas noticias. Me habían cortado el gas y desayune con el vecino en el bar de debajo de casa. No había agua en la finca y me fui al gimnasio a hacer deporte y a ducharme. La fábrica estaba cerrada y me fui a la plaza a charlar con los amigos, que, como yo, estaban en la plaza porque se habían levantado con el pie izquierdo.
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