El Día De Mi Muerte

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6:00 am. Acaba de levantarme. Busque entre mis cosas una mochila blanca y mi casaca. Era un día especial. Hoy ere el paseo de estudios con todos los del salón.

Mi madre estaba en la cocina. Silbaba una triste melodía. Era la última mañana en la que desayunábamos juntos. Como era costumbre, mientras comíamos casi nadie hablo. Termine de comer y me despedí para irme al colegio. Mi madre se despidió de mí como cualquier otro día. Ella sabía que una vez que saldría por esa puerta, no volvería a entrar.

Me encamine al colegio, el resto de mis amigos ya esperaban en la puerta. Aún era temprano, así que decidí ir a casa de mi princesa. Llame a la puerta, ella salió. Cuando me vio no aguanto la emoción. De sus ojos comenzaron a brotar lágrimas. En ese momento no le importó nada y de un salto se aferró a mi cuello. Me abrazo y lo hico como nunca antes. Me beso los labios y me dijo que me querías.  Nos volvimos a abrazar. Bese su frente y me despedí de ella.

Camine en dirección al colegio, de mi mochila saque unas pastillas y una botella de agua. Las mire y tome una.  A pesar que camine a paso ligero, llegue muy agitado al colegio. El buz ya había llegado. Algunos ya habían comenzado a subir. Yo hice lo mismo. Me ubique en uno de los asientos de la parte media. Alguien me cubrió los ojos desde el asiento de atrás. De inmediato reconocí quien era. Sheyla tomo sus cosas y saco una pequeña botella de alcohol.

-          Estoy prevenida – dijo con una sonrisa triste

-          Gracias, pero ya sabes que es inútil.

Tomo su mochila y se sentó a mi lado. Todos listos. El buz partió. Las risas comenzaron, los gritos se hicieron presentes. Pero aun así no pude olvidar lo que iba a suceder.  

Ya íbamos a mitad de camino. Los grandes edificios nos advertían que atravesábamos el centro de la ciudad. Mi corazón comenzó a latir demasiado rápido. Así que me senté para descansar un poco. El buz avanzaba lentamente debido al tráfico de la ciudad. Un semáforo que estaba frente a nosotros cambio a rojo. Cuando el buz llego frente a él se detuvo… igual que mi corazón.


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