A veces pienso que solo fuiste una bonita imagen, un bello sueño. Hoy es una noche igualita aquella en la que tú te apareciste. Yo buscaba entre mi soledad algo hermoso por lo que luchar, ya rendida estaba, me había quedado sin fuerzas, unas lágrimas bajaban por mis mejillas a pesar de mi gran orgullo. Tú llegaste y permaneciste sentado a mi lado, callado, sin hablar, tenías la mirada perdida en la misma estrella a la que yo minutos antes le había suplicado. Te ignoré por completo, miré hacia atrás apenada esperando algo que no sucedió. No supe verte, no comprendí el mensaje de aquella estrella. Tan acostumbrada a fingir una vida que no quiero, un amor que empobrece con el paso de los años, la agonía de sentirme sola, el poco cariño que me tengo a mi misma, el ver que estás de más en la vida de la persona que está a tu lado. Solo quiero un motivo por el que volver a reír, ¡hace mucho que no lo hago! Necesito encontrarme, quiero poseer un lugar propio donde cobijarme del frío. Te espero en el mismo sitio y a la misma hora, pero esta vez no volveré la vista atrás.
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