los ojos de Sarah

Pipi estaba en clase un poco aburrida. La maestra les dijo que debían colorear los dibujos en blanco y negro del cuadernillo. ¡Qué aburrido!

- ¡No quiero colorear esos dibujos feos! Dijo enfurruñada y haciendo pucheros.

Allí estuvo hasta quedarse dormida de pura holgazana.

Soñó que estaba en clase con todos los compañeros. Ellos dibujaban, pero no eran como ella les recordaba.

¡Estaban en blanco y negro! Como en los dibujos del cuadernillo.

Pipi, estaba asustada. Miró sus pantalones, las faldas, los lápices, las paredes… el cielo. Todo estaba en blanco y sin colorear.

Quiso hablarle a Sarah, su amiga, y preguntarle qué pasaba. Seguramente ella le diría algo que le tranquilizaría.

Fue a ella y le miró a los ojos. No eran así sus ojos. Su mirada parecía otra sin sus colores.

Y más se asustó Pipi; no recordaba los nombres de los colores. ¿Los lápices tenían colores?

Y estuvo muy triste

- Mis amigos no están alegres sin sus colores.- Pensó

Y pronto recordó el color de los ojos de Sarah

- ¡Verdes!, gritó

De pronto se encontró en su aula con sus compañeros de siempre que le miraban extrañados y Pipi, despierta.

Se puso rápidamente a la faena. Era muy feliz de ver otra vez los colores.

Lo primero, colorear de verde los ojos que recordaba.