La cuarta planta
La cuarta planta del colegio Diego de Velazquez, situado en un pueblo de Granada, era oscura, lúgubre, con polvo, y mucha suciedad, por estar varios meses inutilizada, y es que lo que ocurría en esa planta desde hacía apenas 2 años, era algo espantoso, algo paranormal, y en el colegio era casi un tabú hablar de la cuarta planta.
Hace 2 años, en ese mismo colegio, ocurrió un grave incendio, aún se desconoce la causa de tal tragedia. El caso es que en ese trágico accidente, murieron alrededor de unas 30 personas, la mayoría niños de entre 6 y 11 años, y otras tantas, sufrieron graves lesiones. Fue sin duda, algo muy triste y una gran tragedia, que no tardo en salir en los medios de televisión, y en la prensa nacional. El pueblo estaba de luto, las familias de las víctimas estaban destrozadas y desoladas por la gran perdida. Y es que nunca se supo lo que ocasiono el terrible incendio, y dieron el caso cerrado.
Un año después, el colegio quedo reformado y listo para volver a estar activo, pues se avecinaba un nuevo curso, y en el pueblo no habían muchos colegios, así que se necesitaba como fuere otro colegio. Una mañana, antes de empezar el nuevo curso, el hombre de mantenimiento del colegio, se dispuso a revisar que todo estuviera en orden, para el esperado día de inicio del curso. Todo estaba en orden, excepto alguna cosa que otra, pero nada que el buen hombre pudiera solucionar en un momento. Su sorpresa fue, que cuando llego a la cuarta y última planta, donde se originó el accidente años atrás, el hombre noto un leve calor, algo que en las demás plantas no había notado, y es que ese día estaba algo nublado y no hacía precisamente mucha calor, prosiguió con su trabajo sin darle menor importancia, pero cuando avanzaba a lo largo del pasillo, notaba que hacía más y más calor, iba en aumento cada vez que recorría unos pasos hacia delante. El hombre se detuvo y ya extrañado y algo confuso, decidió bajar abajo, y comprobar que la calefacción estuviese apagada, pero su sorpresa fue que no solo la calefacción estaba apagada, sino que además en la planta baja no hacía el calor que minutos antes había notado en la última planta. El hombre ya furioso y con miedo, fue a telefonear a 2 profesores con los cuales tenía bastante confianza, y les explico lo ocurrido, los profesores se presentaron rápidamente en el colegio, y junto con el hombre subieron a la cuarta planta, y si a ellos también les pasaba igual, notaban el fuerte calor, que aumentaba al avanzar cada vez más por los pasillos de esa planta. Más tarde llamaron al director del centro diciéndole lo que ocurría, y este hizo lo propio se presentó en el colegio, y también noto el calor, así que el director les dijo a los profesores y al hombre, que tapiarían la parte donde quedan las escaleras, para que nadie pudiese acceder a la cuarta planta, y que colocarían un sistema en el ascensor, para que tampoco nadie pudiera acceder a la planta desde el ascensor. A si hicieron, días más tarde tapiaron la parte de las escaleras, y en el ascensor la única manera de acceder a la cuarta planta, era a través de una llave que colocada en su ranura accedía a la cuarta planta, y esa llave solo la tenía el director y el hombre de mantenimiento. El curso empezó y nunca más se volvió a hablar del tema, pero vecinos cercanos a la zona del colegio, afirman que por la noche si te detienes en frente del colegio y miras las ventanas de la última planta, escucharas llantos y gritos, de los niños y profesores que murieron quemados y asfixiados, y no solo eso, sino que además, afirman que por tu cuerpo sientes un gran calor que invade tu ser, como si estuvieras en el mismísimo infierno.
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