Denunciar relato
Hablo en mí, como quien tiene sus manos obsedidas,
simulando sombras en la alfombra.
Hablo en mí, como quien aspira la desnudez de un bosque
en su espesura, y se escapa.
La voz atestigua que no he dejado de ser el espacio a través del espejo,
lo he intentado, no basta.
Pero aquí existo, aquí no he cesado de ser yo.
Me he cansado de ser iris transparente, de color vacío y silencio incierto.
Piedra y ocre, sepia y cuarzo. Lluvia atónita.
Es inevitable ver crecer cuando nunca quise ver morir,
tener las rodillas raspadas y hablar de memorias abducidas.
Hablo en mí, como quien pierde su ser,
la inesencialidad paralítica de la existencia que se escurre.
Así perdí mi esencia, así los huesos rotos.
Sé que habito en mí, lo he visto.
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