Por más que corrí, la distancia que nos separaba seguia siendo la misma. Salte sobre una roca y seguí corriendo. Si llegaba a tiempo de cruzar el río estaría a salvo. Tropece con una rama y caí al suelo dandome de bruces. Solo me quedaban unos minutos. Me levante y seguí corriendo. Llegue al puente pero ya era tarde, él había llegado antes. Di media vuelta aún sabiendo que iba a morir pero, no corrí por el camino por el que había escapado, corrí hacía el río. Prefería morir ahogada a morir torturada por aquel monstruo. Antes de saltar, oí un disparo a mis espaldas e instantes después sentí un dolor que desde el exterior se extendio al interior. Lo último que proceso mi mente, fue mi caída al río, después de eso, no hay nada, ningún recuerdo,ni siquiera de mi familia o de mis amigos aunque, más bien no se si tuve o no, tampoco se si encontraron mi cuerpo e hicieron justicia. Desde el día en que mi vida llegó a su fin, recorro el bosque recordando esto, buscándolo a él.
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