Nunca antes pensé en semejante cosa, el triunfo es nuestra existencia, para eso vivimos, para triunfar, luchamos para que nuestra vida en general se proyecte de la mejor manera y a eso le llamamos, el triunfo.
Hay un poema muy famoso de un escritor ingles que menciona al triunfo, pero lo concatena con el desastre y dice mas o menos enfrentar al triunfo o al desastre y como tal tratar a tales impostores el autor del poema se equivoca o expresa realmente la verdad?
Desde muy pequeños nos enseñan que debemos luchar por obtener el triunfo, primero alcanzando las mejores notas para vencer los grados académicos, después preparándonos físicamente para obtener triunfos en el deporte y en todas las actividades sociales que por esos años abundan.
Comienza la pubertad y nuevamente a luchar por lo que nos atrae en el sexo, queremos lo mejor lo que todos desean esperamos siempre el triunfo, lo vinculamos a todo, a nuestro desarrollo profesional, a crear nuestra familia, a comenzar a triunfar para acumular riquezas para posibles problemas o para la lejana vejez. Siempre el triunfo, siempre luchamos por lo mismo, no estamos solos en nuestra lucha, todos los seres vivos luchan por el triunfo, eso los desarrolla y en todos los casos, los mantiene vivos.
Pero mí querido lector, al final todo ese triunfo que tanto trabajamos para alcanzarlo y que tanto nos cuesta en toda nuestra existencia, ¿En que se convierte?, ¿que nos reporta alcanzarlo?, en la mayoría de los casos el nombrado triunfo se convierte en un gran peso que nos encadena en el gran sentido figurado sin a veces notarlo. Los que menos triunfan en muchos casos son los más beneficiados, es decir estoy por asegurar que mientras mensos se tiene o mejor dicho mientras mas sencillo vivimos y nos comportamos, más disfrutamos de lo que tenemos, la formula no es tener grandes triunfos, la formula es luchar por tener triunfos que nos den regocijo pero sin muchas consecuencias y problemas.
El resumen de este enredado tema es que nunca estamos conformes, siempre hay algo, diríamos en el tintero y siempre estamos por superarnos. No me haga mucho caso, pero cuando estoy algo molesto o al tope, trato de admirar las cosas que me rodean y a no ser que todo esté oscuro, siempre hay algo hermoso y no cuesta mucho seguir buscando, pero sin apuro.
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