Sentada en mi habitación, ordenador a la izquierda, block de notas a la derecha y un folio en blanco delante de mí, me rascaba continuamente la cabeza para descifrar la palabreja tan rara que me habían encomendado como tarea de estudio para el fin de semana. ¿ Ubi Sunt ? ¿ Qué es esto ? ; ¿ Para qué quiero yo saberlo ? Recordaba que un día lo vi escrito en mi libro de Lengua, sobre un escritor muy antiguo que escribía a su padre ya fallecido y vagamente me venían a la memoría las palabras de mi profesor: "Es un tópico de la Literatura de la Edad Media y principios del Renacimiento..." Y, claro, yo tenía que reunir toda la información sobre este "trópico","típico" o "tópico" cuando no sabía ni lo que quería decir la palabra "topacio"...! Qué no, que es tópico!, por fin me salió. Bien, ya puedo empezar, puesto que la primera premisa ya había sido vencida. Me giré a la izquierda y escribí en el buscadir de mi potatil "Ubi Sunt" y en menos de diez segundos aparecieron unas diez mil entradas. !Qué listo es este ordenador! A más de mil entradas por segundo y ¿Cuál elijo ahora? Pues la primera, como hace todo el mundo y así fue.Cuando abro la página, aparece un texto inmenso con un montón de palabras a cual más extraña y que para mí carecían de significado alguno. Vale, corto y pego. Así fue. En menos de diez minutos ya tenía mi trabajo bien elaborado, bien presentado y, lo mejor de todo, terminado; a falta de poner mi nombre para entregarlo. Imprimí mi trabajo y desconecté mi portatil. Me eché hacia atrás, sobre mi silla, con una sonrisa de satisfacción y me autoengañé pensando: "Soy buenísima, ya he cumplido con mis obligaciones", pero quedaba un cabo suelto. De "Ubi Sunt", ni la más remota idea. Me dispuse a leer mi trabajo. Sí, "mi trabajo"; sin remordimiento de plágio, porque desde el momento en que corté y pegué lo hice mío y descubrí lo que era esa palabreja. Hacía referencia a aquellas personas, lugares y vivencias que ya no están y se preguntaba qué había sido de ellos, es decir, ¿Dónde están? Eso me inquietó: Algún día seré un "Ubi Sunt"; todos seremos un "Ubi Sunt". No solo me inquietó sino que me estremeció y me asustó, porque sería inevitable convertirse en un "Ubi" de esos y, mientras recorrían dos lágrimas mis mejillas, me acordé de mis seres queridos, de mis padres, de mis abuelos y empecé a recordarlos antes de recordarlos de verdad.¡ Estaba haciendo un pre-Ubi Sunt ! Abrí mis ojos rápidamente, quería dejar mi mente en blanco. No pude, me acordé de mi niñez, cuando empecé a andar y me caía. Mis padres siempre a mi lado y mis abuelos con sonrisa amplia mirándome. Mi primera muñec¡Qué fuerte la abrazaba! Mi primer cumpleaños recordado, con mis amigos y esas velas que nunca se apagaban. Mi primer vestido de Noche Vieja, mi primera salida, mi primer beso...Todo ello secó mis lágrimas y dibujó una sonrisa en mi cara. "Pues no es tan malo el Ubi Sunt este". Pensé. Me hace sentir bien y tengo muchos "Ubi Sunes" al ser tan jóven y los que me quedan. Al final desperté para entrar en el sueño de la vida real. Una vida sin recuerdos es una vida vacía, sin sentimientos, sin lágrimas ni sonrisas. Esto hace que te sientas vivo. Lo comprendí, entendí qué quería mi profesor. Cogí mi trabajo, lo hice mil pedacitos y le entregué éste que tengo en mis manos, porque el "Ubi Sunt" no hay que vivirlo desde el exterior, de otras fuentes, sino de la misma que emana desde tu interior y te envuelve. Todos somos y seremos "Ubi Sunt".
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