Allí estaba yo esperando a que la muerte me secuestrara, estaba inmóvil, no podía hacer absolutamente nada, solo esperar y presenciar mi muerte.
Iba a morir de una forma cruel, la muerte que se me avecinaba, era horrorosa, espantosa, pero no podía ni siquiera cerrar los ojos, era tal el shock, que me impedía mandar señales a los músculos de mis ojos, para que estos reaccionasen. Mis piernas estaban ensangrentadas, mi pie completamente atrapado, en aquellas vías del tren, no tenía fuerzas ni de librarme. Estaba completamente atrapado, permanecía allí medio tirado, en aquellos railes, mientras que aquella inmensa luz de fondo, que parecía que venía del mismísimo infierno, se iba acercando rápidamente hacia mí, aquellos 10 segundos se me hicieron eternos, a mi mente venían los recuerdos buenos y malos, y la sola idea de que iba a morir me aterraba completamente. Solo atinaba escuchar el pitido de aquella bestia que se acercaba a mí y los gritos histéricos de mis amigos que poco podían hacer por mí, también sentía el temblor de las vías, iba a morir atropellado por un tren de mercancías.
Como acabé allí ya no lo recuerdo, ese día bebí mucho y no era consciente de lo que hacía.
Lo que si se, es que permanezco a un tirado y atrapado, en esa maldita vía, siendo una y otra vez atropellado.
Si algún día vais en tren y escucháis llantos y gritos, preocuparos, porque será mi dolor el que hable, de sufrir el tremendo atropello
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