Debería deciros que no siento ni padezco, porque así, os lo pongo muy fácil y desde aquí os animo a que me digáis quien soy, ¡Vamos que os reto!
El ser traidor y embustero, pero no un marinero y no tengo alma ni cuerpo, ni corazón ni cerebro, solo soy un sentimiento.
Sentimiento que anida dentro del entendimiento, como otros camaradas que tampoco tiene seso.
El mediocre intelectual me confunde con patológicas adicciones. Pedantes en psicología, que se escuchan ellos solos, pero la verdad es que soy por entero de vosotros, me utilizáis a placer, según ese sentimiento que es su seguro servidor.
Oleadas de poder es lo que pedís, pero no sois únicos, sois unos de tantos.
Puedo ser bondadoso, lujurioso, caprichoso, ahorrador, ludopata, tierno, amoroso, vamos un sin fin de adjetivos, pero no os llevéis a engaño, siempre seré lo que vosotros o vuestras podridas almas quieran.
Vivo porque vosotros vivís, odio porque vosotros odiáis, amo porque vosotros amáis. Aunque el dinero os tiene tan atenazados que abruman vuestras peticiones.
Os he dado tantas pistas en los cinco primeros párrafos, que si no lo acertáis es que el fin del mundo esta cerca.
Os amenazo con volver queridos corto-relatístas, con otros acertijos.
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