nervios

Su respiración en mi nuca me pone nerviosa, aunque para decir verdad su sola presencia  me causa algún tipo de irritación. Aprieta las teclas con fuerza parece que se burla de mi necedad con la informática, trago saliva. ¿Cuándo vas a terminar? Me pregunto. No sé si es consciente de mi gran evidente nerviosismo. Me vuelvo preguntar. Su tardanza parece controlada, de vez cuando desvía su mirada del ordenador y se fija en mí. Esta alardeando su saber, lo hace sin medir el daño que me está haciendo. ¿Quien se cree que es? Algún tipo de hacker como de películas. Sigue ahí al lado de mí y parece que se quiere acercar más a mí. Me corro. Me sonríe. Que bobo. Se cree importante con su perfecto cabello sabe lo sabe me pone de alguna manera increíblemente nerviosa, nunca fui testigo de esto y mucho menos deseo ser protagonista y mucho menos en este momento que los exámenes finales se acercan. Tengo que estudiar, termina de una vez por todas, ¿tanto vas a tardar? Otra vez me mira hace un torpe gesto de satisfacción. Supongo que ya ah terminado, me sonríe es un atractivo necio. Me explica cosas que obviamente sabe que yo no sé pero igual se toma el tiempo de decir bien cada palabra por palabra hasta parece que tiene algún tipo de sentido. Sabe que no entiendo nada pero igual me explica alardea. Con tanto orgullo me sonríe algún día caerás en tu vanidad.

 No sé como hace porque aun cuando ya se levanto de mi lado mi nerviosismo sigue intacto, su presencia ya no me irrita el solo hecho de saber que está en el mismo edificio me sobresalta. Y como mal de males aquella chica con la que comparto cuarto llega antes. Me mira y empieza con su interrogatorio ocular, y sin decirme ni hola se burla de mis nervios. “ese chico tiene tu mundo patas para arriba. Que nerviosa que estas,- en un tono irritado- deja de morderte el labio” me dice y se echa sobre el sillón.