El SUEÑO QUE MURIÓ

Tal vez fue el momento, tal vez fue lo frio de la noche, tal vez fue lo solitario que se encontraba o sentía, tal vez, pero esas pequeñas palabras, infligieron heridas profundas en su piel, le cortaron como navajas, le atacaron de la forma más letal que se puede, hirieron con palabras su ya débil y cansado corazón, aquel era un joven de esos soñadores y románticos, algo inusual en estos tiempos, por desgracia, no pudo soportar tales ataques, y murió... Si, así fue, murió en la única forma en que puedes asesinar a una persona de su clase, el joven mal-herido hizo lo que finalmente parecía ser su única posibilidad de vivir, cubrió de una enorme y fuerte coraza lo poco que quedaba de su corazón, se convirtió en una persona fría, con falta de empatía, murió aquel joven soñador y romántico, continuo vagando el resto de su vida, convivió con muchas personas, e inclusive llego a sentir de nueva cuenta afecto por alguien más, pero de la persona que era solo quedaba su triste recuerdo.
Nunca más le dañaron con palabras y caricias, nunca más sufrió por desamores y desencantos, nunca más sintió amor.
Atormentado la mayoría del tiempo, cabizbajo, depresivo, continuo con lo que le quedaba de vida, si a eso se le podía llamar vida, sus esperanzas de volver a ser el mismo de antes se esfumaban por la ventana, como el humo de un cigarrillo, la coraza que cubría su corazón lentamente reemplazo su interior acabando con los restos que quedaban, y funcionando de manera artificial, como una máquina que lo mantenía vivo, aquel joven se dignó solo a escribir, pues, esa ya era su única manera de manifestar emociones, la única forma que las personas podían saber que alguna vez estuvo con vida, que alguna vez surcó los cielos dejando su marca en ellos, que alguna vez tuvo un sueño... Amar
Así murió otra víctima de semejante atrocidad.

Lord Vian