Ya que podemos... ¡hagámoslo!
Por Itziar
Enviado el 25/09/2013, clasificado en Reflexiones
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¡Ya que podemos, hagámoslo!
Cerca de las viejas fábricas de un pueblo cercano a la capital, un joven emprendedor decide abrir una tienda de bicicletas, no es que tenga mucha experiencia en ello, pero no pierde la esperanza.
Se acerca el día de la apertura y Xabi tiene que recorrerse todos los buzones de los pueblos cercanos, promocionando las bicicletas de su nueva tienda.
Ane es una niña de seis años que acaba de aprender a andar en bici, está deseando contárselo a su padre, está ansiosa. Al llegar el padre de Ane a casa, ella se lo cuenta, y el padre orgulloso de su hija y viendo la nuevapromoción, decide acercarse a la tienda.
En la otra zona del pueblo, Cristian, el ciclista más conocido de toda la ciudad por su victoria en el giro y su segundo puesto en la vuelta al País Vasco, quiere comprarse una bici nueva, una que sea aun más ligera que la actual.
Cristian y el padre de Ane, se dirigen a la tienda de Xabi, que se pone a atender primero a al padre de Ane. Inmediatamente se fija en la mirada del padre, que no hace más que mirar una bicicleta de color azul, no muy grande, y visto esto, le aconseja esta bicicleta para su hija.
Después de la primera venta, Xabi se aproxima a Cristian, sin saber que es un ciclista muy aclamado por la ciudad.
-Hola, ¿en que puedo ayudarle?
-Mire, soy ciclista y quería reducir el peso de mi antigua bicicleta, quería una nueva y con menos peso. ¿Podría usted ayudarme a elegir la adecuada?
-Claro, me han traído este modelo de fibra de carbono, lo cual aporta menos peso a la bicicleta, y además de eso, tiene llantas ligeras.- El ciclista sin pensárselo dos veces, decidió comprarla.
Ya eran las ocho de la noche cuando Xabi empezó a recoger para marcharse a casa, pero justo en aquel momento, entro un joven pidiendo una bicicleta no muy cara, y Xabi a pesar de la hora que era, le atendió encantado:
-¿Que tipo de bicicleta buscas?
-Pues quería una sencilla, barata, justo la voy a usar para ir a clase y volver, no pido más. ¿Qué me puedes aconsejar?
-Pues una así sencilla te puede costar unos 150 euros, qué te parece?- Pasa por aquí y te enseño unos cuantos modelos.
Al cabo de unos 20 minutos, Xabi había completado la jornada, ¡había conseguido vender 3 bicis! Se sentía realmente orgulloso, y al volver, a casa, le contó a su mujer lo siguiente:
-Hoy he vendido tres bicicletas, pero ¿sabes que es lo más curioso? Que he vendido lo mismo a tres personas diferentes, pero para cada una de ellas, ese objeto que es la bicicleta suponía un uso diferente, la niña lo verá como un nuevo juguete con el que poder ir al parque, el joven ya no tendrá que caminar hasta el instituto, en vez de caminar, pedaleará, y el ciclista podrá entrenar mejor, ya que su nueva bicicleta no pesa casi nada. Así los tres sacaran partido a su nueva bicicleta, pero cada uno a su manera.
¿No crees que la bicicleta es uno de los pocos objetos con los que podemos divertirnos, transportarnos y mejorar nuestra forma física?
¡Ya que podemos, hagámoslo!
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