Dos historias para un mismo cadáver
Por Marie Dalia
Enviado el 27/09/2013, clasificado en Intriga / suspense
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I
Eran las siete de la tarde, un cuerpo yacía inerte sobre la fría nieve. Siete menos cuarto, alguien arrastra un cuerpo sin vida por el espeso bosque. Seis y media, un coche se detiene bruscamente en las afueras de la ciudad, justo en un sendero que conduce al bosque. Seis y cuarto, se escucha un disparo en la carretera. Seis en punto, un conductor en medio de la lluvia recoge de la autopista a un hombre que hace auto stop. Seis menos cuarto, un hombre va por la carretera muy deprisa, ha quedado para cenar con unos clientes en el mejor restaurante de la ciudad. Cinco y media, sale de casa a pesar de la lluvia y le da un beso de despedida a su mujer. Cinco y cuarto, su mujer le dice que ha tenido una pesadilla, y le pide que no vaya a la cena. Cinco en punto, suena el teléfono en la casa de los Báez. Una voz desde el otro lado le dice:
Hoy será el último día de tu vida
II
Lo que más me molestó ese día es tener que ayudar a la policía en la dura tarea de buscar pistas en aquella casa del acantilado. Por muy motivada que estuviera aquel día y sabiendo de ante mano la fama que me esperaba tras la puerta, no podía dejar de odiar lo que estaba haciendo en ese momento.
Me senté allí y empecé a narrar horas tras hora lo sucedido, atando cuanto cabo permaneciera suelto y por supuesto sin dejar ningún cadáver sin mencionar.
Al terminar el interrogatorio solo me quedo algo sin mencionar y que sin lugar a dudas era lo más importante de todo lo antes mencionado.
El policía me dio las gracias y me acompaño hasta la puerta.
- ¡Gracias! Su ayuda nos será muy útil a la hora de resolver el caso.
Salí rápidamente de allí y naturalmente sin volver la vista atrás. Gire la primera esquina y deposité con cuidado el arma del crimen sobre el contenedor de basura.
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