Denunciar relato
El Tengu
Fue entonces cuando finalmente lo encontré en medio del bosque.
Tenía los párpados cerrados, como entregado a un sublime trance, y los cabellos agitados por el viento, desordenados y oscuros, iguales a aves nocturnas.
Sus pies diminutos, manchados de tierra, ejecutaban magistralmente una danza, misteriosa y bella.
Embriagado por el éxtasis, la divina criatura no se percató de mi presencia.
¿Eres un Tengu? Quise preguntar.
Pero preferí quedarme callado, de pronto me había invadido un miedo terrible de que, al menor movimiento, el hermoso bailarín huyera de mí como un pájaro.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales