Aquella mañana se encontraba completamente sola, y aún a medio despertar, le sorprendió sentir la suave brisa acariciando la piel de sus pechos, ya que no recordaba haberse metido en la cama sin camisón.
Sus ojos, todavía entreabiertos, como si no quisiera despertar de aquel sueño. No lograba visualizar ningún recuerdo de su paseo onírico, pero su notable y alargada sonrisa insinuaba una aventura placentera. Intentaba vagamente recordar, sin forzar la mente, ya que aún seguia disfrutando de aquel estado de felicidad pasajera del post-despertar y que pretendía retener el máximo tiempo posible antes de que se desvaneciera.
Pronto se dió cuenta de las evidencias que le indicaban que no solamente fue un sueño feliz si no que lo habia disfrutado tanto su inconsciente como su cuerpo. Su pensamiento se deslizó hasta sus pechos, que resaltaban erguidos sobre su contorno, y avisaban de que la brisa soplaba ahora algo más fría, manteniendo los pezones duros y punzantes, como si quisieran cobrar protagonismo. Ella se estremeció al notar como se le encogian de esta forma tan intensa, pero al mismo tiempo le provocó un pequeño azote de placer que desencadenó un delicado gemido y un lento movimiento de cabeza que le enredó aún más su pelirroja cabellera. Entonces su mano quedó al abasto de su capacidad olfativa y descubrió una prueba más de que aquel sueño había sido sin ninguna duda sexual e intenso.
Olia a sexo, sus dedos olían a sexo. Podía sentir un fuerte olor que le resultaba muy familiar ya que indudablemente provenía de su vagina. El olor desprendido de su mano era extraordinariamente intenso, pero para nada desagradable, todo lo contrario, ya que le provocó otra sensación de excitación, y notó como de nuevo sus pezones volvían a endurecerse.
Sintió tal curiosidad en saber que había soñado que intentó recordar, y adentrarse en las entrañas de su húmedo sueño. Y aunque le costó mucho reproducir la secuencia, le vinieron a la mente algunos flashes que le ayudaron a concretar el origen de su aventura nocturna.
Se trataba de un estadio de fútbol, concretamente en una de las gradas, y allí parecía estar ella junto a un chico. Probablemente él fuera un desconocido , lo que sí recordó fueron detalles de la intensidad del encuentro sexual, con lo que de nuevo sintió una fuerte excitación, y no pudo controlar el impulso automático de su mano derecha que se lanzó sobre su vagina recién depilada, para esta vez, de manera consciente, comenzar a frotarse con la palma medio extendida. Previamente tuvo que retirar la almohada que por lo visto había permanecido entre las piernas durante el sueño. Estaba empapada, igual que sus muslos, pero a ella esa sensación le agradaba especialmente.
Resultaba extraño, se dió cuenta de que esa mañana había tenido varios orgasmos pero seguía en un estado de excitación constante y a la vez sorprendente. Y resultaba tan placentero que no se detuvo a pensar más en ello.
Estaba ya muy caliente y eso le encantaba con lo que se esforzó de nuevo en recordar alguna secuencia de su sueño, cuando consiguió visualizar a ese chico sentado en un asiento del estadio mientras ella, de pie, se bajaba lentamente los vaqueros delante suyo. Sin verguenza alguna, y sin preocuparse en si alguien pudiese verlos. Ella llevaba un tanga fino, que pronto quedó al descubierto y consiguió lo que pretendía, que era atraer la mirada del chico hacia su culo. De pronto le acechó otra imagen, la erección del chico era prominente. Su mano aceleró los movimientos sobre su coño, esta vez circulares, sintiendo como bajo su mano totalmente empapada, se endurecía su clítoris de forma intermitente pero constante lo que le hizo prever que podia desencadenar en un nuevo orgasmo.
Se concentró en aquella prominente erección, que le satisfacía gratamente al saber que era ella con su culo al descubierto, quien estaba provocando esa reacción prominente sobre los pantalones del desconocido. No consiguió recordar los momentos previos a la siguiente imagen, ya que lo siguiente ya fue ver lque su pene había conseguido librarse de su ropa interior para erguirse con decisión. Esa imagen sí que era muy clara, y tenía la absoluta seguridad de que estaba excepcionalmente duro.
Esa imagen reavivó su masturbación ahora centrándose solamente en su clítoris y, que con unos movimientos más ràpidos y circulares y con la ayuda de sus dedos comenzó a jadear de placer. La imagen de aquella polla en total erección la puso muy caliente y le vinieron deseos de metérsela en la boca. Entonces puso en pausa la secuencia del sueño para pensar solamente en aquella apetecible polla que sin duda deseaba comerse y empezó a imaginar que con gran desesperación se lanzaba hacia ella para agarrarla con la mano mientras se la metía en la boca y de forma violenta la chupaba con tal intensidad que de forma inminente volvió a correrse entre una mezcla de fuertes gemidos y movimientos de pelvis que a ella misma le sorprendieron.
No recordaba haber vivido nada igual, incluso pensó en que estaba conociendo a su instinto más animal, pero disfrutaba de tanto placer que no quería detener ese momento único y decidió que quería que durase todo el tiempo que su cuerpo pudiera soportarlo. Y fué cuando de nuevo reenganchó la secuencia del sueño, y le vino a la mente aquel momento en donde aquella polla hinchada, rebentaba de placer eyaculando violentamente y manchando sus nalgas, aun desnudas, en medio de aquel estadio de fútbol.
Su coño chorreaba de tal manera que se notó el culo totalmente mojado, pero en aquel momento no le importó para nada el estar ensuciando las sábanas. El notarse tan mojada le ponía todavía más cachonda. No tenía recuerdo de haber visto a su cochito tan mojado cuando sintió el recorrido del goteo que alcanzaba el esfínter anal, que comenzó a contraerse dando señales de que tambien queria participar en la fiesta. Notar como se mojaba en lo más íntimo de su culo continuaba proporcionándole dosis extras de placer.
Era fantástico!!
Entonces entró su mano izquierda en acción, cuando impulsivamente llegó hasta la entrada de su culo para acariciarse con un dedo aprovechando lo húmedo que estaba. Comenzó con delicados movimientos circundantes pero casi sin darse cuenta tenía su dedo índice introducido algunos centímetros y simulando que alguien la estaba penetrando por detrás. Cerró lo ojos y lo imaginó, y fué como si lo viviera. Pensó en el desconocido del sueño y en su bien armada polla imaginando que se la estaba follando por el culo. En momentos de elevada excitación la penetración anal la volvía loca...
Volvió a correrse una y otra vez más descubriendo su capacidad multiorgásmica. Fué una experiencia increíble, con toda seguridad la mejor experiencia sexual de su vida. Sintió necesidad de llamar a sus mejores amigas para poder contarles esa capacidad que aún no había conocido...
De repente pensó en las sabanas, estaban tan mojadas y manchadas que le dió vergüenza que alguien pudiera verlas y rápidamente se levantó para lavarlas...
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