A veces creo que voy muy rápido. Camino rápido. Leo rápido. Como rápido. Incluso deseo que todo avance más rápido aún. Sé que está mal pero si supiera cómo solucionar mis dilemas trataría de adaptarme al mundo real. Tal vez por eso leo. Leo bastante. Ficción, romance, aventuras, cuentos, mitos, dramas lo que sea para evadir mi situación. Y me funciona hasta cierto punto por que como todo, no es eterno. A veces me gusta ser la protagonista de lo que leo, otras veces sólo observar lo que pasa. Intento inventar nuevas historias a partir de lo que leo pero no me resulta. Lo encuentro sin sentido, incoherente o deja de interesarme lo que estoy escribiendo. Es bastante frustrante. Pero es ahí donde me tengo que regresar de los libros al mundo de verdad. Entonces continúo viviendo, caminando rápido lamentando que no solo mis relatos sean inconclusos sino mi vida tenga que calzar dentro de un estereotipo para poder seguir siendo parte de este mundo, en donde los árboles son sólo árboles y la tecnología nos separa apoderándose de nuestras mentes para que no puedan hablar y se limiten, tanto como para ser incapaz de terminar un simple relato.
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