estoy molido,
el estrés esta siguiéndome los pasos y agazapado
para recibir entre sus brazos cuando mi cuerpo diga basta
y lo exprese con el desmayo.
estoy exhausto, casi destruido...
con el alma aferrada a la nostalgia
o a la absurda idea de un inocente distraído
que no quiere hacer nada.
con la mente con nebulosa,
la nuca ardiendo casi avisándome que la presión desciende
a veces con la mirada fija en cualquier cosa,
como el resultado de la rutina que lo pretende.
con frío, con calor, con humedad,
demasiadas temperaturas soporta este cuerpo
variables pesos a cargado mis piernas
que caminan u otras veces hacen de cepo.
mañana sera otro día,
tal vez sera igual que hoy,
capaz escucharía alguna noticia
por la radio que me sorprendería,
sera una anécdota mas de o no,
igual o peor.
a todo esto lo que me hace mas fuerte,
es el hecho de que pienso en que es lo que me aqueja
y a veces me olvido de lo mas importante,
es la maravillosa familia que me espera.
viendo a mis hijas crecer,
hablar, estar con ellas, mirándolas sus gestos,
sus locuras, sus enojos, sus caprichos, sus alegrías.
veo pasar la vida y me pregunto:
porque me quejo, si todo lo que hago lo hago por ellas,
y poco tengo tiempo de disfrutarlas.
mejor, disfruto y después con el tiempo me quejo,
este cuerpo todavía no se rinde,
mientras sepa que todo lo que haga valga la pena.
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