Queridos Reyes magos

Queridos Reyes magos, ya sé que os escribo con antelación pero no quiero juguetes. Como sois magos quería pediros a ver si me podíais traer más ilusión.

               Mirad. Es que hace unos años perdí el entusiasmo de vivir. No tenía ilusión en lo que hacía y todo me parecía un rollo. Todo esto influyo en mi forma de ser, y poquito a poco la gente se fue alejando de mí. No querían que les contagiara mi desilusión.

               Hubo un momento en mi vida en el que me sentí verdaderamente solo. Mis amigos no eran mis amigos, Los compañeros de clase no me hacían caso y, se supondrá, mi vida en torno a las mujeres fue convirtiéndose en una ilusión más que en realidad.

               Esa falta de desilusión no sol afecto a mi entorno social, también afecto a mis estudios. Perdí la ilusión de estudiar para aquello en lo que te quieres dedicar, lo que quieres ser de mayor. Los primeros años los saque bien, pero estos últimos tal era la desesperación que se me hizo imposible terminar segundo de bachillerato.

               Bueno. El caso es que poquito a poco he ido recuperando esa ilusión. He seguido el rastro de miguitas de pan. Ya se a lo que me quiero dedicar, me he dado cuenta que la soledad que sentí la cree yo ya que mis amigos siempre estuvieron ahí, y lo más importante, me considero una persona importante y que tiene mucho que aportar. Pero aun así noto que me falta algo.

               Por eso os escribo esta carta. Si me pudierais mandar por adelantado ese poquito de ilusión que me falta para sentirme a gusto conmigo mismo en todos los ámbitos de mi vida os lo agradecería. No quiero se egoísta. Si por un casual no podéis o hay alguien que lo necesita mas creo que me podre aguatar hasta Navidad. Pero si ese no es el caso me haría muy feliz encontrar ese poquito de ilusión que me falta para completarme a mí mismo.

               Muchas gracias por leer mi carta. Un saludo. Tomas Anderson