Entre lágrimas y papiros.

Nos engañan. Constantemente. Y tú todavía no lo ves.
No me crees cuando te digo que vives en una profunda ignorancia la cual es tapada por una pantalla de humo.
No me crees cuando te digo que la realidad en la que vives no existe, solo es una cómoda ilusión en la que te meces constantemente.
No me crees cuando te digo que una sola persona puede cambiar el mundo, ni tampoco me crees cuando te digo que lunes y viernes solo son nombres.
Pero no me importa, te sigo queriendo igual.
Eres mi pequeña princesa encerrada en un oscuro castillo, al cual se supone que tengo que ir a rescatarte, o al menos así lo escriben los de arriba.
Sueños controlados por hombres de traje y corbata, ilusiones que se vuelven el espejo de las verdades. Palabras incoherentes a primera vista escritas en un poema de amor.
Tantas fantasías y sentimientos no caben en un solo libro. Mi vida es mi papiro y yo soy la pluma que escribe este sucio camino. Un camino interminable para algunos, para otros solo un pequeño soplido.
Llorando me preguntabas ¿Cual es la la finalidad de todo esto? Simplemente que hay cosas que no se pueden escribir en un pequeño papiro que pronto caerá en el olvido. Hay cosas más importantes que eso, como ayudar a escribir el papiro de aquellas personas olvidadas. Esa es la única manera de cambiar mundo.