La arena humeda cedia bajo sus pies. En el cielo las nubes amenazaban con descargar la lluvia que tanto temía. El sonido de las olas rompiendo contra la costa de la playa le mantenia alerta. El frio que recorria su cuerpo le recordaba que aun seguia vivo, aun respiraba. Con cada respiración un olor a mar le inundaba. Lejos de relajarle le estremecía. Sabía que ese olor no duraria eternamente, igual que el.
El mar estaba agitado, como una bestia al acecho .Como si quisiese descargar toda su furia sobre los imprudentes que pertubaron su paz. El aire volvia a llenar sus pulmones, olía a humadad y algo mas. La brisa acariciaba sus mejillas, resecando el sudor, y secandole la piel. El cuerpo le dolía, poco a poco se tornaba pesado y entumecido. Cada segundo sus energias se desvanecian, poco a poco, sin tregua. Un dulce y pesado sueño se cernia sobre el. Se merecia descansar, había sido un dia extenuante y complicado, demasiado complicado. Volvio a respirar, pero ya no olía a mar. Olia a hierro, olía a sangre, olía a muerte.
Se levanto, he intento llegar al mar. Puede que sonase ridiculo pero el instinto le decía que el mar le salvaría. La arena, humada por la sangre, cedia bajo sus pies. Comenzo a llover, pero ya no le preocupaba la lluvia. El agua caía del cielo como lagrimas de angeles. Lagrimas derramadas ante tal masacre, ante tal demencia y locura. Lagrimas que limpiaban la sangre que junto a la brisa secaban sus mejillas.
El mar ahora estaba en calma, como dormido. La playa se torno gris, y el aire se volvio mas ligero. Todo parecia un sueño, una terrible pesadilla. Despues de la cruenta refriega el agua oscura disimulaba los cuerpos mutilados y los arrastaba a la orilla. La espuma del mar se torno roja. Solo podia ver la sangre, el resto se tornaba gris poco a poco. La vida se apagaba pero la sangre prevalecia, la muerte era eterna. Silenciosa, paciente y mortal. El frio que poco a poco se hacía mayor le mantenia despierto para lo que estaba por llegar.
El cuerpo le pesaba tanto que al final cedió y clavo las rodillas en la arena. La arena era rojiza, incluso se podia decir que era bonita, de un color carmesi intenso. El mar solo se encontraba a diez pasos. Pero ya no había salvación, solo quedaba el final. Un largo dia al final de una dura vida. Entre las oscuras olas del mar surgieron dos alas negras como la noche. Y junto a las alas una mujer de hermoso rostro y dulce sonrisa. Era tan hermosa que casi olvidabas que era lo que habías temido toda tu vida, la muerte. Avanzo lentamente hacia el, no habría luchas, ya era muy tarde. Su hora estaba aqui, su final era este. Sin reproches solo silencio. Tan lejos de su casa y de los suyos. Solo seria un cuerpo mas perdido entre la multitud. Solo una gota en un mar de sangre. Solo un grano de arena mas en las playas de Normandia.
Solo sería un muerto mas en la historia.
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