Encantada

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No la besaré.

 

Una mañana lluviosa de primavera estaba disfrutando de un día de descanso laboral y mi agotamiento había sido fulminado con una siesta de dos horas y media. Mirando el televisor perdí el curso de mis pensamientos y como si quisiese regresar al sueño, sin embargo, me despabile y salí al pequeño patio de mi pequeña casa. Observe alrededor y pude apreciar algunas muchachas entrando y saliendo de la casa pintada amarilla con el número veinticinco. Una de ellas de algunos 23 años llevaba puesta un pantalón muy ajustado a su cuerpo; que por cierto era una verdadera belleza y la otra chava de algunos veinticinco. Esa en verdad dejo mi boca abierta cuando por fin pude definir el tipo de cuerpo que portaba.

Luciendo esbelta, pero bien y proporcionada con unas piernas tan esculpidas que bien pudieron sido objeto de tantos pensamientos pasionales de tantos hombres. Con esa mini falda negra tan provocativa que le daba un aspecto de posible stripper; haciendo resaltar su fenomenal trasero y su espalda inferior denotada con un fantástico tatuaje peculiar, pero no podía definirlo al momento.

Yo estaba tranquilo en un sillón y al ver que se dirigía hacia mi, puse mi botella de refresco en el piso y me que perplejo cuando mire que me miraba y atento respondí a su pregunta:

“tienes un encendedor”.:

“Sí, claro, yo también estaba apunto de fumarme un cigarrillo cuando llegaste”.

“Me di cuenta que me observabas” me dijo fijando su coqueta mirada encima de mi, rodeando el perímetro con su presencia tan perturbadora en mis sentidos.

“Hola, yo solo admiraba amiga. ¿Como se llama usted?”

“Martha. Es un placer. ¿Y tú como te llamas?

“Soy tu amigo, es todo lo que puedo decirte”

“¡Ah sí! Pues que suerte que tengo amigos tan guapos como tú”.

Nos miramos fríamente y luego al ver un brillo tan reflexivo en sus ojos mire que su coquetería ascendía a un verdadero asalto a mi masculinidad. No pude evitar y le pregunte que si andaba sola por estos rumbos; me respondió que sí; y que iba a permanecer solamente unos días acá.

“Amigo, como que lo noto un poco nervioso” dijo Martha con un acento norteño

“Es que la verdad usted es tan dulce como un sueño.”

“¡Enserio! ¿Tú crees?

Se inclinó hacia mí y tomando mi mano me hizo una indicación con sus brillantes ojos llenos de ansia y encanto y su contorno revelaba un expresión tan sensual que me decía mil palabras y ninguna a la vez.

“¿Podemos estar a solas en tu casa amigo?” pregunto la nena, esperando una rápida reacción de mi parte. Atento estuve y justo al momento, cuando me puse de pie ante ella y le dije que no habría ningún problema. Nos encaminados rápidamente hacia adentro y sonrientes nos chuleábamos.

Me la chupaba con tal intensidad que me causaba respirar unos buenos accesos de aire para poder controlar la presión que sus labios ejercían al succionar mi piel tan suave y erecta.[U1] Le sujeté de la nuca y la jalaba moderadamente hacia mí; recibiendo estímulo de su tan caliente y líquida boca. Yo mantenía mi verga agarrada con la mitad de los dedos de mi mano derecha y me jalaba el cuero dando aun más placer a mi cuerpo erguido[U2] .

Buscando una mejor posición, la chica no quería sacársela de su boca. Encontró confort puesto su cuerpo boca arriba en la cama dejando su cabeza colgar[U3] del borde del colchón. Con mi miembro en su boca entrando y saliendo lentamente. Sus brazos yacían inertes en los costados y mis dedos recorrían su entre-pierna[U4] encontrando su tan caliente agujero que con solo meter mis dedos empecé a sentir tal excitación que decidí apurar el ritmo y desenvolverme tan enérgicamente en su boca al punto de sentir como su inhalación era más constante. De pronto sentí como si su boca se hubiese comprimido, como si su lengua me estrangulara la cabeza de mi erección.

No pude evitar el azote de precipitación que me sobrevino. Con quejidos, muecas y jadeos, sentí llegar al clímax y exploté en tan ferviente eyaculación y con tal presión que mi semen se disparo por toda su cara, en sus ojos haciendo que ésta los cerrara, pero siempre gozosa y abriendo su boca lamía el residuo que escurría por su cara.

Un rato después nos estábamos despidiendo y ella me dio su numero de teléfono, pero que su destino era irse de Matamoros en unos días y que le habría encantado seguir ahí y conocerme más. Me pidió un beso. Me le quede fijo un rato y volteando la mirada le dije: “No”.

 

 

 

 

 

 [U1]Usé eta palabra porque quiero describir el aparato sin tener que decirlo con palabras tan incomodas o vulgares.( recuerda que tengo que aplicar finesa de lectura ).

 [U2]Standing upright.

 [U3]Buscar otra palabra para una situación similar,

 [U4]Crotch area (English )


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