Mi ángel

Esta noche vi a mi ángel, dormía a los pies de mi cama, vestía de blanco, un blanco roto. Sus ojos lloraban de pena, sus alas llacían tendidas en el frío suelo. Yo le observaba callada, sin decir palabra, a pesar de sentirme helada no dije nada. Mi cuerpo comenzó a temblar sin control, el corazón palpitaba fuertemente, mis manos se empalidecían. Entonces sentí miedo, mucho miedo, quería alcanzar la luz pero me hayé sin fuerzas. Mi ángel abrió sus alas entonces, ¡era el ángel más bello que jamás había visto!. Me cobijé bajo su cuerpo, el calor de su abrazo calmó el interminable palpitar de mi corazón. Me quedé dormida, así, entre sus brazos. En ocasiones algunos murmullos dicen que ya no desperté, que me hayaron dormida, junto a los pies de mi cama y que un extraño olor a incienso envolvía mi cuerpo.