El amanecer (relato real) Cap I
Por Roberto Ramirez
Enviado el 13/10/2013, clasificado en Adultos / eróticos
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Capitulo 1
Se levantó de buen humor, como siempre. Mientras calentaba el café, se desnudó y se metió en la ducha.
El agua se deslizaba sobre su cuerpo tibio. Se lavó la cabeza y todo el cuerpo, excepto sus senos, dejándolos para el final. Todavía no se acostumbraba a su nuevo tamaño y turgencia. Luego de tres semanas de la operación de implante podía masajearlos firmemente y eso hizo bajo la ducha.
El aroma del café recalentado llegó a sus fosas nasales y salió corriendo del baño, manoteando un toallón en su carrera. Al salir del baño, el aire más frío electrizó sus pezones. Fue una sensación agradable y la confirmación que no habían perdido su sensibilidad.
Apagó la cocina, y cambió a preparar un té. Comenzó a secarse y nuevamente se detuvo en sus nuevos pechos, disfrutando la novedad y familiarizándose con la sensación de tenerlos con esta forma y tamaño.
Mientras tomaba el té observó el diario en busca de propiedades para comprar.
Anotó algunos teléfonos y direcciones.
Al vestirse comprobó una vez más que sus nuevos pechos excedían las dimensiones de sus brassiers. Hasta ahora había usado la venda que le indicara el médico. Al no sentir dolor, optó por vestirse sin corpiño hasta que resolviera la situación.
Tomo un pantalón, una camisa y sandalias. Una bombacha mediana, modelo que la acompañaba desde hace años, se deslizó por sus piernas hasta cubrir su monte sagrado. Observó que estaba desprolijo y se prometió recordar acicalar la zona esta misma semana.
Perfume y una pulsera completaron el atuendo.
Completó los datos de las propiedades y se dirigió hacia su auto.
En el camino la penúltima brisa fresca de esa primavera, se coló por entre los botones de su camisa. Los pezones reaccionaron prestamente y casi provocando un placentero dolor empujaron la tela.
Trató de acostumbrarse a la situación y no prestar atención, pero seguían allí como desafiando.
Sin poder evitarlo se miró las tetas y ver las protuberancias le generó un regocijo diferente
Habló con su marido, como todos los días, tres minutos deseándose pasar una buena jornada.
Se dirigió hacia la primera inmobiliaria que aparecía en la lista y aun estaba cerrada. Se dirigió entonces a otra cerca de allí y lo hizo caminando.
La camisa que llevaba puesta, era de antes de la operación, por lo que sus senos se perfilaban contra la tela, mostrando la redondez que le había requerido al cirujano, quien había cumplido a la perfección la solicitud. Se sintió observada por algunos transeúntes que la cruzaban de frente. En uno de esos cruces, al pasar junto a una vidriera, se cruzó con un hombre . La mirada del hombre fue de su cara a las tetas, nuevamente a la cara y se detuvo en las tetas una eternidad.
Ella miró su propio perfil disimuladamente en la vidriera, y le encantó ver sus nuevas tetas altas, grandes, importantes. Con el rabillo del ojo alcanzó a percibir que el hombre que la había cruzado y halagado sus tetas con una mirada que no perdió detalle, se había dado vuelta y bañaba su trasero en un deleite visual que se demoraba, y hasta lo ponía en riesgo de tropezón.
Una semi sonrisa se dibujó en su boca carnosa. Después de todo, el trasero se había llevado su halagador reconocimiento sin haber pasado por el cirujano.
En la inmobiliaria la atendió una señora muy amable. Coordinaron una visita para el dia siguiente, aunque no estaba convencida si la zona en oferta le iba a gustar.
Al dirigirse hacia el auto vio la primera inmobiliaria abierta y entró.
Venía encandilada de la calle y tardó unos segundos en acostumbrarse a la penumbra del local.
El piso alfombrado amortiguó sus pasos. Le pareció escuchar voces en la oficina que estaba detras del escritorio.
Aguardó unos segundos y las voces eran mas claras. Era una especie de discusión? forcejeos? Prestó atención y por algunos segundos no se escuchaba nada.
En el instante que dijo " hola!!! hay alguien??!!" , a la misma vez se escuchó un fuerte .."Aaahh!!!" de un suspiro femenino. La puerta se cerró y alcanzó a divisar un brazo y una porción de espalda desnuda de mujer.
Se dió vuelta y se encaminó a la salida. Al dar dos pasos escuchó " Buenos dias, en que la puedo ayudar?"
"Ehhhh,....no , ehhh, vengo otro día, era una consulta nada mas"
- si, dígame nomás.
Era el mismo hombre que se cruzó con ella. Ahora volvía a mirarla con desparpajo. Le sonreía y ella devolvía la sonrisa por un reflejo permanente que tenía de siempre sonreír.
Se había quedado dos segundos callada, tildada. Se dió cuenta que su sexo se habia humedecido y mientras trataba de explicarse a que se debía, el hombre le preguntó nuevamente:
- En que la puedo ayudar?
Le comentó sobre las propiedades que vio en el diario . El se acercó y le ofreció asiento.
De la oficina salió una mujer joven y la saludó.
- buenos días
- hola , que tal? respondió.
El hombre le mostró una carpeta con fotos de las propiedades. La secretaria le trajo un café a ambos, descontando que iba a tomar.
Hablaron un poco sobre las propiedades y acordaron un horario para dos dias después.
Al saludar el hombre le tendió la mano. Al darle la mano la sintió cálida y agradable.
Sintió que la desnudaba cuando se iba.
Se dirigió a su auto y ahora si estaba segura de tener su sexo humedecido.
Se intrigó un poco por la sensación y primero la atribuyó al suspiro de la mujer. Luego a la presencia de ese hombre, su seducción, su sonrisa, el aroma de su perfume indefinido, y lo halagada que se había sentido con su actitud. Racionalizó que era el trabajo de él tratar así a todo el mundo. Sin embargo, el efecto que le había producido era innegable. Y placentero.
Guardó sus pensamientos y encaminó sus pasos a otras tareas de su actividad.
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