MI TIA, NUEVO ENCUENTRO

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Desde el día que me corrí bailando con mi tía, me sentía sumamente avergonzado, aunque vivía muy cerca de ella procuraba evitarla por todos los medios, que pensaría de mí, me corría la cabeza. Claro que es difícil evitarla siempre, en algún momento me tendría que enfrentar a ella, en el buen sentido, y lo que no quería sucedió, mi madre me mando llevarle un paquete, aunque intente evitarlo, al final tuve que aceptar el encargo.

Según subía en el ascensor las piernas me temblaban, en el estomago sentía pinchazos de los nervios que tenía; una vez llegue al piso, y frente a su puerta, pase unos minutos antes de decirme a pulsar el timbre. Al final sacando fuerzas de no sé donde toque el timbre, se abrió la puerta y allí apareció mi tía Pili, sonriente como siempre, embutida en una bata rosa pálido, creo que de seda, los tejidos no son mi fuerte, me invito a pasar y tembloroso seguí sus pasos.

-      Traes lo que le he pedido a tu madre. Desde la boda de nuestra prima no te he visto, cualquiera diría que estas huyendo de mí.

-      He tenido muchos exámenes y no he salido de casa. (No era cierto, pero no se me ocurrió otra salida)

Me llevo a la sala, y me saco un refresco, y como siempre que estoy delante de ella, me sentía atenazado, los músculos los tenía agarrotados, de pronto me soltó – tienes que mejorar tus bailes, creo que tienes cualidades, aunque te falta práctica – esas palabras hicieron que me ruborizará totalmente, notaba mi cara ardiendo, no sabía dónde meterme.

Se dirigió a la cadena de música y puso una canción, - ven, te voy a enseñar unos cuantos pasos -, se acerco, me agarró de la mano, invitándome a abrazarla para bailar, como la otra vez puse mis manos en su cintura, quizás apretará con algo más de decisión, ella paso sus brazos por encima de los míos, y me apretó hacia ella directamente, según notaba los latidos de mi corazón, notaba como mi pene iba aumentando de tamaño, al estar solos, no sentía tanta vergüenza, pero estaba avergonzado, que pensaría mi tía al notar como mi polla se iba endureciendo, por mucho que pensará en otra cosa, no podía evitar, que por segundos se me fuera poniendo más dura.

Mi tía acerco su mejilla a la mía, al tiempo que una de sus manos se introducía por debajo de mi niki, acariciándome la espalda, me sentí desbordado, los pensamientos mas guarros que me pasaban por mi cabeza cuando me pajeaba pensado en ella empezaron a afluir a mi mente, pero seguía sin atreverme a nada, estaba inmóvil totalmente, la boca de mi tía comenzó a acercarse a la mía, los temblores empezaron a invadir mi cuerpo, sobre todo cuando sus labios se unieron a los míos, los mantenía prietos, sin saber qué hacer, su lengua empezó a hurgar entre mis labios, intentándolos abrir, y no paró hasta conseguir introducir su lengua en mi boca, cerré los ojos, estaba totalmente desarbolado. No sé cómo, pero cuando recobre un poco la consciencia estaba echado sobre la cama de su cuarto, boca arriba, despojado del niki, y la boca de mi tía jugueteando con mis pezones, noto su lengua húmeda lamiéndolos lentamente, mis manos agarraban la sobrecama fuertemente, mientras mi pene parecía querer explotar dentro de mis pantalones.

Baja hacia mi entrepierna, me desabrocha el pantalón, como un rayo de excitación recorre todo mi cuerpo, sus manos bajan mi pantalón y mi slip, sale disparado mi pene, tieso, duro, su cara se roza con él, me retuerzo de placer, y todavía no ha hecho nada, sus labios comienzan a recorrer mi vientre, se acercan hacia mi pene, besa mis huevos, estoy excitado, a duras penas me contengo para no correrme, su lengua comienza a subir desde mis huevos hacia la punta de mi pene, lentamente, pongo mis manos sobre su cabeza, suavemente, acaricio sus cabellos, mientras su lengua llega a mi glande. Sus labios me lo rodean, comienza a introducírselo suavemente en su boca, gimo, me siento en una nube de placer, sus labios avanzan por mi pene, cada vez esta más adentro de su boca.

Mi tía está totalmente excitada, como yo, me retuerzo sobre la cama, cada vez que se mete su pene en la boca me embarga un gran placer, comienza a dar suspiros, gemidos cada vez que se lo mete en la baca, mis manos aprietan su cabeza contra mi cuerpo, del placer mi cuerpo se arquea sobre la cama, haciendo que mi pene penetre un poco más en su boca, estoy por momentos mas descontrolado, no puedo contenerme y comienzo a correrme en su boca, a cada borbotón de leche, grita de placer, los chorros salen con toda fuerza llenando su boca, gemimos de gusto los dos, no para de chupármela hasta que sale la última gota de leche.

Saca de su boca mi pene, mientras me mira fijamente, con su sonrisa de siempre, la boca chorreando semen, y en su cara varios gotones que no ha podido absorber en su boca, juguetea con su lengua saboreando el semen, mientras se desliza hacia arriba sobre mi cuerpo lentamente, la abrazo con fuerza, su cuerpo aprieta contra el mío mi pene aun duro y chorreando gotas de semen, su boca llega a la altura de la mía, me besa y la corresponde, nuestras lenguas se introducen en la boca del otro, aprieto su cuerpo contra el mío, de repente los nervios, las vergüenzas me han desaparecido, la deseo, quiero tenerla para siempre junto a mí, nos pasamos mi semen de una boca a otra, nos lo comemos lentamente, y como siempre sonríe, me acaricia la cabeza.

Me siento afortunado, no ha sido lo de la reunión familiar una simple aventurilla, es algo más, o eso quiero creer, noto su cuerpo a través de su bata, noto como mi pene vuelve a ponerse duro, me come a besos y le correspondo, la fiesta no ha terminado…


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