LINA : La hermosa mujer michoacana (parte 3 de 3)

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Después de tremenda mamada Lina se levantó y se quitó la falda porque se sentía acalorada, traia puesta una pantaleta negra que hacía buena combinación con su piel blanca y su cabellera casi negra. Fue por la botella y me invitó un tequila, nos lo tomamos tranquilamente; en ese preciso momento terminó la música salsa y comenzó Guns and Roses; era agradable escucharlos disfrutando de una copa. Lina sabía que en 20 o 30 minutos estaría de nuevo listo para la acción, así que recostados en la cama disfrutamos de la música. Ella se recostó de lado mirando hacia mí y yo respondí besándola en la boca, subí una pierna sobre el muslo de ella y comencé a frotarla; con un brazo la rodeé y acaricié su espalda y costado hasta llegar a esas hermosas caderas, subía y bajaba con mi mano recorriendo toda su figura.

Entre las rolas rockeras que escuchábamos venía una de W.A.S.P. “fuck like a best” (follando como una bestia).

- ¿Conoces esa rola? – me preguntó Lina mirándome a los ojos.

- Claro que sí – contesté atentamente.

- Quiero que me folles como una bestia – dijo Lina convencida de lo que quería – haz honor a esa canción tan exitosa.

Asentí con la cabeza, entonces ella sirvió lo último que quedaba de la botella de tequila y brindamos de nuevo por nuestro encuentro.

Después que me sentí recuperado, me levanté de la cama; era excitante desde ese ángulo mirar a Lina acostada, parecía parte de una película porno ochentera; en ese instante recordé que tenía que comportarme como una bestia. Entonces tomé un extremo de su ropa interior y de un jalón violento se la arranqué y la tiré por la ventana; Lina me clavó la mirada y me mostró los dientes como una perra defendiendo a sus cachorros. Debía de follarla como una bestia, así que la tomé de esas hermosas caderas, la levanté y la embroqué boca abajo, pero frente al espejo que estaba ubicado del otro lado de la cama; yo sabía muy bien que a ella le gustaba mirarse follar por una bestia, eso era lo que más le excitaba, sentirse usada y sucia haciendo marranadas.

Lina apoyada con ambos pies sobre el piso pero con sus pechos, brazos y cara sobre la cama y de frente al espejo era su sueño hecho realidad y también el mío. Esas caderas y muslos en esa noche serían solo para mí; metí mi nariz entre sus glúteos y con mi boca comencé a chupar su coño y ella comenzó un vaivén como si quisiera que le devorara los labios vaginales y que me quedara allí para siempre.

Esas piernas y muslos eran como dos torres sosteniendo ese monumental trasero. Quité mi boca de allí y proseguí a introducir mi garrote, el cual fue absorbido totalmente. Continué con las embestidas de una manera enérgica, adentro y afuera una y otra vez, en ese preciso momento comenzó una rola de Metallica: “Enter sadman” y esa música me puso más bestial, quité el amarre de mi cabello que en ese tiempo me llegaba hasta la media espalda y comencé a ser más brutal, mis estocadas hacían que mis muslos rebotaran en los de Lina; con mis palmas golpeaba sus glúteos, y a pesar de mi fuerza desmedida ella aguantaba todas las embestidas y me observaba a través del espejo; mi cabello se agitaba al ritmo de Heavy Metal. Lina no quería gemir, pero la brutalidad con la que era follada la obligó. Sus gemidos no eran fuertes como los de una mujer de su edad, eran débiles como los de una chiquilla de 16 o 17 años, eso me prendió aun más; me tome de sus caderas como de una roca y continué follando a más no poder, me sentía una bestia y ella era mi puta. Después de unos minutos me vine dentro de ella, sus labios vaginales estaban impresionantemente hinchados.

Entonces me salí de ella, estaba exhausto y sentía bastante sed, ya no quería tequila, quería cerveza; así que me vestí y fui por un six bien helado a la tienda, regresé y ella estaba en la ducha; comencé a beber mi cerveza y cuando la ví le dije: “hueles a semen” y ella me respondió: “pero ya me enjuagué, y tu hueles a coño y así te fuiste a comprar a la tienda, jajaja".


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