Ansiosa esperaba el atardecer
con aquel fulano sería feliz otra vez.
Por causa de ese amor ella tenía
riñas en su hogar todos los días.
No pensaba en lo que vendría después;
golpes, gritos, soledad y estrés
nacían en su morada por amarlo a él,
entregarle sus besos y pronto todo su ser...
Al fin llegó la hora de entregar su alma entera
aunque por ingenuidad no lo presentía
ser dueño de su cuerpo aquel fulano quería
solo pasión en su mente existía
Bastaron cuatro paredes y un colchón
para que un hombre lleno de pasión
comprendiera que ella sentía puro amor;
aquel fulano, piel y alma en ella descubrió.
Poco a poco el amor de él creció
a un alma tan pura, aquel fulano, su corazón unió
aunque la familia de ella acabó esa relación
entre los dos el amor nunca murió.
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