EL DESASOSIEGO DE PESSOA

                                         El desasosiego de Pessoa

          Fernando Pessoa, poeta portugués nacido 1888, representante del movimiento modernista Orpheu (1915) y autor más destacado de la literatura portuguesa, escribió la obra El desasosiego. Obra ésta que tanta incertidumbre y desconcierto, de alguna manera, despertó en mí, así cómo los tiempos que habitamos pueden despertarlo en todos nosotros. Fernando Pessoa de quien os hablo, a mi entender buscaba y no encontraba desde corta edad una figura materna, para soportar la levedad de su ser y existir, lo que en realidad lo conducía a evitar la misma vida y evadirse, todo era una escapatoria e irreal. Lo que yo atribuyo a su forma de hoja disimulada que se desprende tempranamente del seno materno, a modo de vida que no pretende su forma de hoja y desprecia cuanto encuentra a su paso con su delicado ser. Ausente,- tal vez se intuye-, de un amor materno que le dispensara un amor hacía sí mismo y hacia lo que le rodeaba, que pudo influirle, quizá, en su visión de las cosas.

      Pessoa es figura a su vez del pensamiento de un sueño sin ilusión, y está falto de un sueño real. Siempre evitando cualquier compromiso con la realidad reinante y susceptible de concretarse. Amigo tan sólo de vivir una realidad aparente y más que dudosa y por tanto a aceptarla por poco digna de ser disfrutada. Escondiéndose tras muchas formas por no querer ser su mismo ser, bajo su sentir desasosegado y escéptico lo niega, prácticamente todo, es un nihilista. Aunque a veces encontrase un extraño regocijo en su singular vida. Y por otro lado pudiera ser entendido entre los solitarios del mundo y con poco apego por la vida, que más que conformidad, genera todo lo contrario.

Lleno a mí parecer, por otro lado, de reflexiones agudas, desde algún punto de vista racional, también de la búsqueda de la verdad acerca del ser humano y de como se comporta, posibles entendimientos acerca de lo que somos y lo que es la misma existencia y su realidad.

Pero a pesar de ser considerada una gran obra, y a pesar de todas la polémicas que halla podido suscitar para unos y otros, aconsejaría a quien tuviera en sus manos “El desasosiego” de Pessoa lo mire y contemple, con un cierto distanciamiento, y se busquen miras algo más constructivas dentro de uno y hacia el mundo, que posiblemente resultaría más edificante, por acertado que pudiera estar de algún modo nuestro Pessoa.

De alguien de quien hablo, que quiso desconocerse y tal vez se conociera tan bien. Con la hoja caída al final de su vida, sobre el resto común de los mortales, creando así su propia inmortalidad.