Estoy en la cama. Miro el reloj que hay en mi mesilla de noche. Son alrededor de las tres de la
mañana. Algo repentino me ha despertado pero no se qué ha podido ser. Estoy sudoroso y
nervioso. Puede que haya sido una pesadilla. Intentaré volver a dormir. Cierro los ojos y lo
intento, pero no puedo dormir. Oigo pasos. Puede que sean los vecinos. Estoy solo en casa. No
hay nadie más que yo. Los pasos cada vez se acercan más y más. Cada vez los oigo más cerca.
Intento pensar en un modo racional. Será el puto vecino que a saber qué coño estará haciendo
a las tres de la mañana. Los pasos se oyen cada vez más claros y más cerca. Empiezo a pensar
que puede ser que haya entrado alguien en casa. Me acojono. Mi habitación hace esquina. Al
lado izquierdo el baño. Al lado derecho la habitación de mis abuelos. No hay nadie en casa
excepto yo. Agarro con fuerza la sábana y manta incluida e intento olvidarme, pero pienso
que, si es un ladrón o algo parecido, mi vida puede correr peligro. Me tapo la cara. Me la
vuelvo a destapar. Miro al pasillo y hay luz. Me cago en la puta. Ahora es seguro que, lo que
sea, es en mi casa. Ahora sé que no estoy solo. Muy a mi pesar, le echo cojones y me levanto.
Parece que ya no oigo los pasos pero la luz sigue encendida. Recorro la casa. No hay nadie. La
luz proviene de la habitación de mis abuelos. Entro en la habitación. Es la lamparita de noche.
¿Puede que se haya encendido por error?
Es poco probable. El interruptor es de rueda y está a tope. Apago la luz. Vuelvo a mi habitación
pero, como es evidente, ya no duermo en toda la noche.
Mi abuelo murió hace un año. Esa noche, mi abuela estaba en nuestra casa de campo, a unos
treinta kilómetros de casa y más tarde me enteré de que ella también noto y oyó cosas
extrañas esa noche, más o menos sobre la misma hora, es posible que algo mas tarde.
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