APRENDER A VALORAR
Vivir en un mundo transgresor hace que decaiga el valor en un principio concedido a las cosas. Y el valor de lo que existe, es a lo que en realidad se hace suponer dicho valor o debería hacerse así. Si uno entra en dinámicas de faltas de normas, al final acaba por no tener sentido ni la misma vida, a la que también hay que otorgarle su propio valor. Que al final todo depende de criterios propios o convenios establecidos, porque de otra manera cuanto hay resultaría un verdadero caos, en lo que nada y nadie sabría a que atenerse nunca. De ahí que haya de existir un orden de las cosas y el saber valorarlas y atribuirles algún sentido. Si no fuese así todo resultaría indiferente y no podríamos estimar nada. Algo absurdo para quien quiere hacer consistir la vida en algo con algún sentido. Pasaríamos si no fuese así a no saber considerar ni la amistad, ni el amor, no nos entenderíamos a la hora de hablar si no nos rigiésemos por algo establecido, y todo acabaría por ser un auténtico desastre. Por lo que habrá que establecer límites y seguir unas pautas para obrar. Claro que estos límites a los que me refiero no son a las posibilidades de la persona para mejorarse sino para el entendimiento común y lo que atañe al común, de los seres que somos.
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