LA VIDA SINEL ARTE
Sería muy triste pasar por esta vida sin haber conocido a Shakespeare o Cervantes, por citar alguno de tantos, que tanto aportaron al ser humano con su hondo conocimiento del ser humano y la agudeza para transmitirnos tan sabio reflejo del mundo.
No estar dispuesto a disfrutar de estas formas de diversión limita mucho la vida de uno y sería como desperdiciar unos de los bienes más interesantes de la existencia humana. Y es que nada sería lo mismo si no hubiera existido Beethoven, Mozart ,Vivaldi en la música o Alfred Hitchcock, Clint Eastwood, Marilyn Monroe, Paul Newman, Gérard Depardieu en el cine o tantos otros. Y en otras artes Picasso, Salvador Dalí, Vincent Van Gogh, o Velázquez, o los casos de Pessoa, Gustavo Adolfo Bécquer o Rubén Darío en el mundo poético, por citar algunos. Al igual que en las Cuencas pueden suponer en la música, los Stukas, Los Berrones o Nuberu, la aportación al teatro de Soto Torres o al de las letras por parte de Alberto Vega, Eugenio Torrecilla, Javier Cellino, Ricardo Labra, Lauriño o Teresa Martín o en la pintura Úrculo, Miguel Ángel Lombardía o Manolo Rey Fueyo.
Seguramente sin tantas grandes aportaciones todo sería más triste, vacío y empobrecido, y careceríamos del talento y la magia que es fruto de tantos placeres necesarios en esta vida. Y qué se podría entender por belleza sin esta expresión y formas de manifestación que acarician lo más hondo de nuestro ser. Y cómo sino alcanzar tal grado de liberación, paz, deleite y poder sentirnos tan sabia y maravillosamente seducidos. Proporcionándonos tal bienestar pasajero que tal vez acabe formando parte de nosotros para siempre.
Y es que el mundo del arte sirve para transmitirnos tal cúmulo de sensaciones, emociones, conocimientos, como un escogido refugio, a la vez que nos transforma positivamente al deslizarnos con cada sonido, palabra, escena, pincelada o imagen, que sería una lástima apartarlo de la nuestra existencia.
¿Qué seríamos sin el arte o en que acabaríamos convertidos sin estas nobles costumbres? ¿ Qué se sentiría en un mundo sin creación? ¿ Seríamos sólo destrucción o insensibles a cualquier muestra de sensibilidad, y simples narcisistas que alimentan incansablemente su ego?.
No convivir con la creación sería como convivir con la muerte.
Hagamos nacer y crecer en nosotros aquello que es esencia de vida y engrandece el entendimiento de la misma. Siempre resultará gratificante, lúdico y provechoso.
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