Me tiré a un americano

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Sé que puedo tener al chico que quiera y me puedo dar el lujo de elegirlos; esto pasó con un americano de vacaciones en Barcelona al que me llevé a la cama. 

Apenas entramos en su habitación se desnudó mientras yo borracha estaba tendida en la cama aún con la ropa puesta, se me acercó para besarme primero en la boca y después por el cuello haciendo que me calentara. Rápidamente me sentó sobre su polla ya dura mientras yo me quito la camiseta mientras muevo lentamente las caderas hacia adelante y atrás encima de él, haciendo que nuestros sexos se encendieran. 

Sin prisas pero sin pausa me acerco a besarlo mientras se deshace de mi sujetador y coje con cariño y deseo mis pequeños pechos, los amasa mientras acerca sus labios a mis pezones que de inmediato reaccionan ante sus besos y provocan mis primeros jadeos de placer. Me tumba en la cama para acabar de desnudarme, con un simple movimiento me arranca las medias y las bragas y me separa las piernas mientras se acerca a besar mi boca. Yo ya estaba completamente mojada y sentir como bajaba por mis pechos hasta mi ombligo hizo que un pequeño gemido se me escapara, más aun cuando llegó a mi sexo que sin vacilar comenzó a lamer de arriba a abajo para centrarse en el clítoris, primero suave, me desesperaba y hacía que moviera mis caderas para sentirlo mas fuerte... mas fuerte él comenzó a chupar, a atrapar con sus labios mientras metía primero un dedo dentro de mi para acabar metiendo tres sin dejar nunca mi clítoris. Me estaba volviendo loca, aprisionaba su cabeza contra mi vagina para que no parara y mis gemidos hacían que el fuera penetrandome con sus dedos cada vez mas fuerte, mientras a ratos tocaba mis tetas, hasta que acabé explotando en un orgasmo tan fuerte que mi vagina se contrajo en un montón de espasmos.

Pero no se acababa ahí, yo había quedado muerta con aquel orgasmo pero faltaba su parte, asi que mientras él se tumbaba yo lo besaba e hice lo mismo que él: mis besos recorrieron desde su boca hasta su cuello, bajaron por su pecho hasta que llegué a su pene completamente erecto, lo besé y comencé a darle pequeños lametones, jugaba con el... pasaba mi lengua de arriba a abajo y él me dejaba hacer hasta que me la metí en la boca y empecé a chupar primero lento, mientras que luego de sus suspiros de placer comenzó a mover las caderas como si me estuviera follando la boca, cada vez mas fuerte y mas adentro. Al rato paré, me subió encima de él y sin esperar ni tener cuidado me penetró, llegó hasta dentro por completo haciendome soltar un grito, y comenzó a moverse haciendo que yo también me moviera y acabara montandolo como una loca que no paraba que gemir y disfrutar de tener su polla grande y caliente dentro. Cambiamos de postura unas cuantas veces y en todas ellas yo no paraba de mojarme mas y mas. Me tumbó ahora en la cama y me la metió en la postura del misionero, duro y seco mientras me cogía del cuello, me follaba como un loco y a mi me encantaba sentirme dominada hasta que cuando sintió que se corría me la sacó de la vagina y me la metió en la boca para que me tragara toda su leche.

Nos tumbamos cansados pero yo no podía dormir, aunque había quedado satisfecha quería mas, él tampoco se hizo de rogar y entre nuevos besos y caricias se le puso dura mientras me tocaba el coño y me masturbaba, yo movía las caderas y le cogía la polla para atraparla con mi mano y moverla de arriba a abajo sin dejar de besarnos. De repente, me giré y en postura de cucharita me la clavó en la vagina y comenzó a moverse dentro de mi mientras me tocaba el clítoris y hacía que mi orgasmo fuera inminente, mi cuerpo se quedó rígido mientras mi vagina no dejaba de tener espasmos con él aun dentro de mi lo que lo excitó mas porque bruscamente en cuanto acabé de correrme me tumbó boca abajo en la cama y me levantó el culo, me cogió del pelo y me empezó a follar como un loco. Al principo me asusté pero pronto me enmpezó a gustar sentirme así de dominada y deseada; mientras me penetraba me daba nalgadas o me cogía del cuello mientras yo estaba ahí, abierta de piernas y con el culo en pompa recibiendo sus embestidas que me hacían gritar de placer, hasta que un nuevo orgasmo se apoderó de mi, me corrí con su polla dentro de mi, mojada y dura, a punto de explotar. Caí rendida pero a él que le gustaba correrse en mi boca acabó follandomela hasta soltar todo su semen en ella.

Dormimos abrazados hasta que decidí volver a casa y no verlo nunca más.   


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