DEMASIADO CALIENTE parte 1

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Soy Pamela, trabajo en el boliche de más onda de Madrid. Muchos clientes me dicen que soy la mesera más sexy y hot del lugar, pero realmente creo que lo dicen de puro calientes, solo para levantarme por una noche nada más. Pero casualmente ese día efectivamente me sentía muy "horny". 

Lo que me dejó extremadamente caliente fue haber ido al gimnasio antes del trabajo. Hacer ejercicio activa mis hormonas, pero ese día en particular se sumó que mientras iba a los vestuarios, presencié una escena en la oficina de la encargada que me terminó de enloquecer.  Justo cuando pasaba por su privado la puerta se entreabrió, dejando ver una escena digna de una película porno. 

Allí estaba ella, morocha de unos 30 años, cuerpo tonificado, buenas curvas, culo perfecto, tetas de buen tamaño, sentada en su silla de respaldo alto, con las piernas bien abiertas, cada una sobre los posabrazos. 

Totalmente depilada, y se notaba que estaba bien mojada. Así estaba jugueteando con su sexo, cuando en eso aparece como por arte de magia, a disfrutar de su tan generosa propuesta, el macho más apuesto del gimnasio, que estaba oculto debajo de su escritorio.  

Comenzó a chuparle la concha lentamente, pasándole la lengua muy despacio, mientras la tomaba por la cintura y la mantenía bien cerca de su boca.  Ella respondía a sus atenciones, echándose hacia atrás de placer, mientras se entregaba abriéndose más con sus manos y ofreciéndole toda su concha, que de forma obediente su compañero comía y gozaba.  

Me quede parada en seco, calentándome con la escena, notando como mi tanga comenzaba a humedecerse. 

Siguieron entretenidos un largo rato, hasta que ella alcanzó a verme mirándolos, y para no dejar de disfrutar de la buena mamada que recibía, que a esta altura ya incluía dedos por todos lados, cerró la puerta estirando un pie y haciéndome señas para que me fuera en silencio.  

A regañadientes me marché a las duchas, mas caliente que de costumbre!. 

Llegue al vestuario, me desvestí rápidamente, tome mis cosas y fui a darme un baño consolador. Me gusta bañarme con tanga, ya que soy un poco pudorosa y no me gusta pasearme totalmente desnuda.  

Me encontraba sola en las duchas, disfrutando del agua caliente en la intimidad de mi privado, a punto de comenzar a correrme la bombacha y acariciarme para liberar "tensiones" con los recuerdos de la escena de minutos atrás.   

Me recosté sobre la pared de la ducha, dejando correr el agua por mis tetas. Abrí un poco mis piernas y estaba lista para una paja de novela.   

Comencé a frotarme despacio con mis dedos a través de la tanga, estaba decidida a disfrutarme por un buen rato …cuando de repente irrumpe en el baño a los gritos, la encargada para comentar su gran aventura erótica!

- "Oye! Viste que buena mamada que me acaban de hacer! Por favor! Qué bien me la comió! Me sacó cuatro polvos de novela!! Deberías intentarlo tú también!!!!"  

Le respondo de mal humor para que se vaya… 

- "No querida, no es mi tipo. Pero si he visto como tú has gozado en grande!". 

Lo primero era una gran mentira. Hacía tiempo que estaba intentando levantarme al susodicho, me paseaba mostrándole el mejor ángulo de mi cola, con tops apretados, calzas que marcaban el colaless, pero ese pelotudo no me pescaba en lo más mínimo. 

Claramente yo no era su tipo, maricón estaba claro que no era.   

- "Bueno, tu te lo pierdes!…Te dejo bañar tranquila", me dice yéndose.   

- "Chau" le respondo entre dientes.  

Terminé de ducharme, pero la calentura no me había bajado, todo lo contrario, se estaba acumulando a niveles insospechados. En esas condiciones fui a trabajar, caliente como nunca.  

Al llegar al boliche, le cuento a mis compañeras la escena que presencié y que esa noche no me iba sin levantarme a algún cliente que me sacara esa calentura.  Comenzaron a burlarse, que era "puro bla bla", que siempre decía lo mismo y nunca pasaba nada, por lo que tuve que ser consecuente y decir:   - "Les apuesto que hoy seduzco a un cliente para que me haga una mamada de novela como la que vi en el gimnasio".  - "Pues joder tía, que eso es muy fácil con tanto hombre caliente que viene al boliche" dijo una.   

- "Además como vamos a saber si te hicieron o no una mamada si no lo vemos!" dijo la otra.  Envalentonada por el desafío, orgullo, pero sobre todo cegada la calentura les digo:

- "Muy bien, la quieren difícil? Les apuesto que voy a lograr que un cliente que venga, pague 1.000 euros por hacerme una mamada, y además delante de ustedes dos!!!"  

- "Vale! Trato hecho, si logras eso, te entregamos todas nuestras propinas de la semana y el deseo que tu quieras" dijeron las dos seguras de que no existía posibilidad alguna de que lograra mi apuesta.   

- "Y si pierdes, tomas todos los turnos de la noche que nos correspondan durante 2 semanas y nos entregas todas tus propinas!".   

En el fondo yo también estaba segura de que perdería, pero bueno; lo hecho, hecho esta.  El boliche comenzó a llenarse lentamente. Mientras llegaban clientes, yo esperaba un milagro, alguien que me calentara y que además me pudiera proponer algo indecente y que yo le pudiera pedir dinero a cambio.  Pero llegaban puras parejas, grupos de amigos que solo querían tomar y hombres que realmente no calentaban a nadie.  

Yo estaba segura que la apuesta estaba perdida. Me dije, bueno, ya que voy a perder mi apuesta, al menos tomemos algo para que sea mas leve el golpe. Y empecé a servirme un whiscola.

Faltaban unos minutos para el cierre, yo seguía tan caliente como al principio, junto a un par de tragos que me tenían desinhibida, me había metido la tanga bien adentro en la raja, y me había subido la falda para mostrar mas de la cuenta por si acaso.   

De repente veo entrar a mi ultima oportunidad.  

Increíblemente!, lo veo entrar a él, al macho del gimnasio, el mismísimo mamador de hoy. 

Ademas estaba solo y se sienta en una de las mesas que yo atiendo. Ya no quedaba casi nadie en el local y las ultimas mesas estaban liquidando la cuenta para irse.  Siento un cosquilleo en mi vulva que estaba funcionando a mil, imaginándose que la van a mamar finalmente.    

- "Este fulano es tu ultima oportunidad"..." y parece que no vas a tener suerte!. "Trabajarás para nosotras!!". - me dicen ambas 

No tenía la menor idea que haría, pero tenía que hacerlas callar y pensar rápidamente que hacer.   

Me acerco, él no me reconoce en lo mas mínimo, ni siquiera me mira. 

- "Vengo por un margarita y algo dulce que me puedas ofrecer para acabar mi día".   

Esas palabras fueron mi inspiración! Me dieron una idea brillante!!!   

- "Perfecto" le respondo.
- "Enseguida le traigo la carta de postres y su margarita"... (continúa...no te pierdas el final imperdible)


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