EL EQUILIBRIO ENLA VIDA
Conozco un caso, de alguien con dieciocho años que acabó el C.O.U. y aprobó la selectividad, y no se decidió al final por estudiar carrera alguna, al no haber las circunstancias propicias.
Y es que estamos envueltos por emociones, sentimientos y pensamientos con el consiguiente y permanente cambio de parecer, estado y perspectiva que suponen el pasar de la alegría a la tristeza, de la seguridad a la inseguridad, de la certeza a la duda. Como pueden ser el encuentro con un amigo, una charla agradable, el enamoramiento, el contemplar un gol de tu equipo, escuchar una canción o ver una película o leer algo que nos satisfaga o por el contrario la incomprensión, el desamor, los malos entendidos o cualquier otro motivo pueden producir un efecto negativo sobre la persona. Ya puedan llamarse comunicación, ideas, recuerdos, ensoñaciones o tragedias.
Cualquier ingesta de comidas suculentas o no, el efecto del alcohol o cualquier sustancia, todo supone una vorágine infinita de impresiones y un cambio constante en nuestra química.
Y el entender la existencia, con una cierta relatividad, explican el equilibrio y el entendimiento más acertado de la misma vida. Pues la verdad es que estamos rodeados de multitud de estímulos asociados con una forma de sentirnos y encontrarnos en este mundo.
Habríamos que pretender por tanto aquellos ambientes que permitan un mejor desarrollo de la persona, una armonía y un mejor estar consigo mismo. Pues de quien rodea a uno y sus lugares benefician unos determinados logros de la persona, al igual, que pueden perjudicar otros. Por lo que lo importante es conocerse a uno mismo y lo que uno quiere y en función de ello buscar aquello que más propicio le sea. Podríamos decir que si a alguien le gusta el deporte o escribir por citar algún ejemplo, sería conveniente que la persona a esto se dedique el tiempo que pueda y comparta con otras personas dichos intereses y así enriquecerse y a su vez, crear su propio mundo en torno a eso que le agrada.
Lo que tampoco quiere decir que uno se cierre en banda a nuevas experiencias que impidan el conocimiento de las mismas, pues no se debe anticipar todo aquello que está por vivir, pues hay muchas variables que pueden no barajarse en un principio.
Y es que la vida exige más ser vivida que reflexionarla detallada y minuciosamente. Pues tratar de comprenderla y racionalizarla en toda su dimensión, es algo alejado a los dominios del hombre y pierde parte de su inercia y encanto. Lo que tampoco quiere decir que uno no piense previamente lo que va a hacer, pero lo adecuado es el equilibrio entre lo uno y lo otro, aunque no se requerirá el mismo tiempo para decidir, una conducta automatizada que requerirá apenas tiempo de pensarse para llevarse a cabo, que el pensar si nos casamos con alguien, es decir, usar la cabeza lo necesario dependiendo del momento y sin perderla.
La persona de quien os empecé hablando, después de 20 años de espera para decidir si comenzaba su carrera universitaria, ha comenzado por fin sus estudios detenidos, sabedor ya que casi nunca están todas las cosas claras y positivas para iniciarse en ellas.
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