EL MERCADO YLA SOCIEDAD
En este mundo de apariencias, materialista, lleno de ego y bastante individualista, donde la persona digna, llena de valores y principios perece. Pues echemos un ligero vistazo a como funciona la sociedad del momento.
Desde unos bienes de consumo y materiales, ya sean electrodomésticos, maquinaria, transportes, ropas o calzado por nombrar algunos, que pudiendo durar un periodo de vida más amplio, los hacen o fabrican por un tiempo limitado, al no convenir, para que así se renueve el mercado y la economía de forma más continuada. Al igual que existen las modas en ropa como técnica de marketing, para hacer más ventas Que los grandes poseedores de riqueza ni tienen límite ni escrúpulos a la hora de negociar y ampliar sus arcas. Los regalos que se hacen en gran medida provienen de países donde niños y niñas están sobreexplotados. Que cualquier empresa es capaz de devorar a otras sea cual sea el precio de esto. Y que al margen de quien haya detrás de un negocio y lo que ocurra detrás las personas van donde les resulte más rentable. El que unos medicamentos que podrían existir para combatir algunas enfermedades del tercer mundo por no resultar económicos para quien los produce, pues no se invierta en ellos. Que ante la hambruna y tantas injusticias mundanas, las personas parecen ya acostumbradas y desligada de tantos problemas cotidianos. Que por un lado está la economía, es decir el dinero, por otro la política y pongamos que hay un tercero que es la cultura o las ideas. Pues el tercero depende del segundo y el segundo del primero, y el éxito de uno reside en el que le antecede.
Que aunque halla personas que no les resulte indiferente, y exista quien luche para remediarlo, sin embargo no queda otra posibilidad que formar parte de como están sentadas las bases de la vida, en la actualidad.
Es como si en las cuencas se formase de repente una cadena de trabajos por un empresa, vaya uno a saber como pudiera ser esto, pero que fuera una solución de por vida para tantos parados, seguramente proviniendo de donde proviniese o lo que se escondiese tras de ellas, dada la necesidad, acabaría por verse con buenos ojos o al menos lo aceptaríamos y dando por válida. Y es que los principios e ideales, de aquellos que los tienen, no suelen tristemente comulgar con la realidad, acabando por prevalecer la supervivencia y el bienestar propio. Mientras el mundo pierde cualquier atisbo de belleza, viendo como funciona y es en realidad.
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