Había poca gente. Tenía la esperanza de ver a alguien conocido que se sentara a comer con ella. Por lo menos no soy la única sola pensaba al mirar otras pesonas que tampoco tenían compañía. Pero segundos más tarde, al girar la cabeza se dio cuenta que estaba totalmente lleno el restaurant.
Faltaba poco para terminar el plato pero ella no se quería ir. Sólo quería disfrutar el momento, aunque fuera solo un momento de soledad, invisible en medio de una multitud a su alrededor.
Comenzaba a cesar la lluvia y era hora de partir.
El tren llegará en 10 minutos
-Disculpe señorita, estamos a punto de cerrar- dijo tímidamente un garsón veo que no tenía mucho apetito apenas se terminó el plato.
-Oh, lo siento, es que tenía la mente en otra parte-
- No sé que le pasa al mundo hoy, parece que no les gusta nuestro menú-
- no es eso señor, por lo menos yo estoy esperando el tren
Minutos más tarde la muchacha iba en el último vagón observando como una pareja de enamorados presumían su felicidad a besos y un anciano se esforzaba por escuchar lo que decía su pequeño nieto. Y ella, ella deseaba por un momento estar sola como en el restaurant minutos antes cuando deseaba estar acompañada.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales