Juguete fácilmente manipulable.
Por Leyre Jimenez
Enviado el 03/11/2013, clasificado en Reflexiones
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Espere unos minutos inmóvil, pensativo y desorientado... Fue entonces cuando escuche el sonido de una cerradura y a continuación un inmenso rayo de luz alumbro el escenario en el que me encontraba. Los grandes ojos de un niño pequeño se clavaron directamente en los míos y seguidamente sus desmesuradas manos le sirvieron para agarrar mi pequeña cintura. ¿Qué me había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Qué hacia ahí?
El niño esbozo una enorme sonrisa al verme. Pero yo incapacitado para movilizarme me tuve que ver obligado a complacer los deseos del niño. Pasaron los días y nada cambiaba yo seguí en el mismo lugar, rodeado de las mismas cosas y bajo la disposición de ese niño pequeño al que todos llamaban Tim.
Finalmente asumí que ya no tenía libertada, ni independencia, y ni siquiera autonomía.
Aunque no lo sepan esto nos ocurre a todos nosotros porque de esta experiencia e comprendido que soy como todos ustedes el juguete de una enorme mano.
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