Rohir (Segunda Parte)
Por norgessle
Enviado el 04/11/2013, clasificado en Infantiles / Juveniles
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Pasaron dos días desde la terrible noticia y las aguas volvieron a su cauce . Las pequeñas criaturas se olvidaron rápido de Metzacal, la terrible Raposa, e hicieron como si nada pasase, volviendo a sus quehaceres diarios. El otoño penetraba en Valle y el ambiente cada dia era más gélido .El bosque parecía ir cayendo en un profundo sueño y la lluvia visitaba de vez en cuando las copas doradas de los árboles. Apenas se oía un crujido salvo el del viento frio sobre las ramas.
Aquella tarde Lizzy , la hija del molinero, salía a hurtadillas de su madriguera. Su pelaje blanco resplandecía en la penumbra creciente. Había muchísimos motivos para no corretear solo por el bosque en aquellos momentos (vosotros ya los sabeis) y menos aun cuando la luz dorada de la tarde se retiraba ya y la negrura descendía sobre los caminos. Pero Lizzy tenía una poderosa razón para arriesgarse así: estaba enamorada. Durante aquella tarde tumultuosa en la Hojarasca de hacía dos días, no pudo evitar fijarse en aquel ratoncito viajero que provenía de la capital y que no paraba de preguntar sobre Rohir. No sólo era apuesto, sino que además resultó ser un galán. Cuando ella se acercó tímidamente a él , no tardó ni un segundo en caer en sus brazos. Si su madre lo supiera le daría un ataque , pero la anciana dormia y Lizzy había aprovechado para acudir al lugar de la cita en lo profundo del bosque. Reor le había dicho que le tenía una sorpresa guardada, ¡y a ella le encantaban las sorpresas!.
Llegó al lago donde habían quedado con la lengua casi fuera. Con una pequeña antorcha en la mano, y arrebujada en su capa temblando de frio, empezó a llamar a su amado.
-¡Reor!
Las aguas permanecían tranquilas y oscuras, y sus sensitivas orejas sólo captaban el silencio alrededor. El miedo empezó a reemplazar a amor ciego. De pronto sintió que algo le agarraba por la cintura y soltó un grito. Se giró y vio al ratoncito viajero partido de la risa.
-¡Tonto! !Me has dado un susto de muerte!
-Lo siento amor mío, no he podido evitarlo. !Pero no te enfades!
Lizzy permanecía con los brazos cruzados con el ceño fruncido.
-¿No quieres ver tu sorpresa? dijo Reor juguetonamente.
Una sonrisa iluminó la cara de Lizzy otra vez.Reor la cogió de la mano y la internó en la espesura. A los pies de un gigantesco olmo seco, entre sus raíces, apareció un mantelito a cuadros al lado de una hoguera crepitante. Reor se había esmerado en que la escena tuviera la apariencia más romántica posible y al parecer funcionó, porque Lizzy emitió un gritito de alegría.
-¡Qué bonito!
Permanecieron un rato abrazados , cobijados por la hoguera, mirando al lago en silencio, hasta que Lizzy habló.
-Tienes que conocer a mis padres, les vas a encantar.
-No sé yo, ¿no es un poco pronto? Reor no tenía en realidad ninguna gana de conocer a los padres de ella.
-Tal vez..- dijo Lizzy no muy convencida.
El profundo silencio y la negrura que iba devorando al lago fue haciendo crecer el temor en la ratoncita:
-Deberíamos irnos propuso
-¿Por qué?¿No estas agusto?.
-No es eso amor mío respondió Lizzy dándole un beso en la mejilla a su amado- Es que no se oye absolutamente nada, y la oscuridad
-No tienes nada de lo que preocuparte cielo
-¿Vosotros creéis? dijo una voz ronca sobre sus cabezas
Ambos ratones miraron hacia arriba y vieron unos colmillos sonreír burlonamente.
-¡Corre Lizzy! grito Reor.
La ratoncita empezó a gritar sin poder controlar su pánico. Reor tiro de ella tratando de ocultarse fuera de la luz de la hoguera, pero una enorme zarpa, rápida como un rayo, le arrebató a Lizzy de su mano y le hizo caer de bruces en la oscuridad. Se giró con rapidez y por primera vez vio a Metzacal. Supo que era ella al instante. Su pelaje pardo grisáceo brillaba al lado de la hoguera y su ojo ciego, surcado por una cicatriz horrible, le miraban intensamente . Lizzy se había desmayado del golpe y la zorra la sujetaba por la cola haciéndola balancearse juguetonamente.
-Vaya, vaya. Mira que me he encontrado por aquí. Y yo que pensaba que esta noche me iría a la cama con el estómago vacío- rió la raposa.
-¡Suéltala! exigió Reor reuniendo todo el valor posible, sin embargo sus patas temblaban inconteniblemente.
-¿Soltarla? Hum no sé. ¿Por qué debería hacerlo?
De repente la zorra dio un brinco terrible y su morro se detuvo apenas a unos centímetros de la cabecita de Reor. Podía oler el aliento a carne podrida a través de los colmillos de la bestia, que no paraba de salivar.
-¿A caso estas en posición de exigir nada?-pregunto amenazadoramente
El ratoncito empezó a llorar, muerto de miedo. Metzacal reía , y su risa hacia que las criaturas del bosque se escondieran más aun en sus madrigueras. Presa de la desesperación soltó:
-Buscaré a Rohir y te dará una lección, como la última vez.-
-¡Rohir! la voz de la raposa sonó como un trueno. Con rapidez letal tumbo al ratón bajo su zarpa, apretándole contra el suelo.
-Rohir !maldigo ese nombre! dijo escupiendo. Y después de pensar un segundo dijo sonriendo:
-¿Tu sabes donde esta Rohir? ¿Verdad?
-Sí..si..
-Pues vas a ir a buscarle y le vas a convencer de que venga a mi madriguera. Él sabe dónde está. Entonces posiblemente no me coma a esta ratoncita.
-Bien..bien respondió desesperado el ratón.
-Aunque probablemente acabe devorando a los tres. ¡Tú tráeme a ese asqueroso ratón y ya veremos! ¡Ahora corre! Tienes hasta el amanecer.
Y el pequeño ratón viajero corrió hacia la Hojarasca como alma que lleva al diablo. A su espalda oía como crujían los dientes de Metzacal y como la raposa reía complacida.
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