Denunciar relato
Bastó una simple mirada para aparcar el coche.
- ¿Nos vamos atrás?
- Vale, pero poco a poco, que tengo frio.
Creo que el tiempo no quiso esperar, o quizás los cuerpos. Se deseaban.
Fué la boca la que actuaba, no las manos. Desgarrábamos la ropa a bocados quedándonos desnudos en un pis pas. Ansia, ganas, deseo, vicio. Los besos se paseaban por todo el cuerpo, dejarse un centímetro de él sería un pecado. Ya la temperatura no importaba. La carne entraba en ebullición y los vidrios del coche se empañaban. Estaban hirviendo.
Cuerpos esculpidos a velocidad crucero. La noche se mojaba. El invierno se estaba humedeciendo.
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