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He sentido una congoja tan grande, que he querido olvidar todo cuanto me rodea. He sentido dolor, me he desencantado de mí misma. He llorado, ¡cuánto he llorado!. He querido desvanecerme en medio del calor tan abrumador, enloquecedor como cualquier droga. He pensado en olvidar que existen los sentimientos sólo para no confundirlos. He temido. Pero todo esto no va a pasar aún. Aún no. Me enerva tener que esperar, pasar el día durmiendo, casi encerrada, no poder pensar con claridad, ni por demasiado tiempo. Quisiera decir ¡Ya basta! pero eso sería rendirme y yo nunca he sido de esas personas que se rinden
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