EL REGALO DEL VIAJERO

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Sus roídas sandalias de cuero viejo y cuarteado hacían ver cuan largo era el trayecto ya realizado sobre aquel suelo árido  de colores neutros que formaba un camino sin retorno hacia un horizonte infinito.

Bajo una túnica de color marrón, parcheada y polvorienta se encontraba un viajero de larga barba gris, sus profundas arrugas y sus labios secos y agrietados no dejaban duda a su avanzada edad,  su paso era firme y seguro, su misión, no dejar de avanzar bajo ningún concepto y nunca mirar hacia atrás.

En un cruce de caminos se encontró con un joven niño que sin mediar palabra comenzó a caminar junto a él, sus rizos de color dorado y sus mejillas sonrosadas iban en perfecta armonía con su alegre y perenne sonrisa, su descarada juventud le hizo preguntar al viejo caminante por su nombre, “soy El  Tiempo” respondió el anciano, ”he oído hablar de ti” dijo el joven sin borrar la sonrisa de su boca “ Yo, soy La Vida, aunque por tu falta de interés imagino que otras muchas habrán caminado ya junto a ti, sé que me traerás mas penas que alegrías, se que envejeceré a tu lado y volverás oscura esta sonrisa que ahora luzco, se que podre mirar hacia atrás para contemplar mis derrotas sin poder dejar de avanzar y que solo me separare de ti cuando encuentre a mi hermana La Muerte”

La aparente indiferencia que mostro el anciano creó un tenso silencio entre los dos, finalmente El Tiempo hablo “ Tu arrogancia no es más que el fiel reflejo de tu ignorancia, tu camino junto a mi te hará madurar y no ser tan ligero a la hora de utilizar tus palabras, tan solo te daré un consejo, quédate a mi lado,  disfruta y valora cada minuto que yo te brinde, acompáñame con ilusión y haz que esa sonrisa dure todo el camino, solo así podre darte mi regalo antes de que partas y otro ocupe tu lugar”.

El joven guardo silencio pero su impaciencia le hizo preguntar “ Tienes un regalo?...para mí? Nadie me hablo de esto anteriormente” y paro de hablar cediendo así la palabra al anciano. “mi regalo se compone de dos partes, una es ofrecerte el camino que ahora recorremos, tu decides como afrontar cada parte del mismo y tendrás que levantarte cada vez que caigas pues yo no podre ayudarte y ni mucho menos esperarte, y la otra parte del regalo es poder darte el fruto de tu esfuerzo antes de que tu senda acabe, Tu Felicidad, mi camino es infinito, el tuyo tan solo un paseo” El joven de cabellos dorados lo miro a los ojos, se aferro con firmeza a su mano y dijo   “ Envejeceré a tu lado, y buscare mi felicidad a cada paso que demos juntos, gracias por brindarme tal honor y espero poder llevarme tu sonrisa antes de apartarme de este sendero escarpado” El anciano sin apartar la vista del frente continuo caminando con paso firme, mientras el peso de los recuerdos caían sobre él, no era el primer joven que caminaba a su lado y sabia que no sería el ultimo.

Oscar Cerezo

Oscar Cerezo


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